El Reino de Dios crece y acontece hoy
















3er Domingo durante el año 

Para el día de hoy (27/01/19):  

Evangelio según San Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 







Aquél sábado, en la sinagoga de su pueblo, Él se había levantado para hacer la lectura. Ello respondía al derecho de los varones judíos de leer algún texto de los Profetas y, luego de finalizada la lectura, comentarla y realizar también una admonición.
Seguramente sus paisanos estaban atentos a todos sus gestos y sus palabras: La fama precedía al hijo de María y el carpintero, el que ellos habían visto crecer y creían conocer bien: treinta años entre ellos no eran poca cosa. Sin embargo, este Jesús se había largado a los caminos, y no cumplía con la expectativas que todos habían depositado en Él.
No siguió la tradición de trabajo de su padre, no formó una familia, no se aferró al clan. Con un impulso misterioso se acercaba a los enfermos y a los réprobos, comía con pecadores, se hacía amigo de los olvidados, hablaba de Dios de un modo nuevo y extraño, muy distinto al de los escribas y sacerdotes.

Esa mañana sucedió algo extraordinario y perturbador.

Jesús de Nazareth ha tomado el libro del profeta Isaías, y a partir de la palabra les revela a sus paisanos que Él es el esperado, el Ungido, y que con Él se inaugura un tiempo de Salvación, tiempo definitivo del anuncio de la mejor de las noticias a los pobres, a los que no cuentan, a los que sólo saben de malas noticias, tiempo de liberación de los cautivos y oprimidos, de cadenas rotas, de existencias liberadas, de vista restituida, año infinito de júbilo porque Dios interviene en la historia y se pone abiertamente del lado de los que sufren, para que nadie más pase necesidad, abandono u olvido.

La profecía ya no es cosa de un futuro incierto. Jesús de Nazareth revela el hoy de la Salvación, el aquí y ahora de la Gracia y la Misericordia, un Dios que se hace historia, que se hace vecino, que se hace pariente, que no descansa en la búsqueda del bien de todas sus hijas e hijos.

Esa es la Buena Noticia de nuestro hermano y Señor, su sueño y su proyecto que se concretan cada vez que hombres y mujeres se vuelven solidarios y florecen en generosidad y liberación para con los que sufren.
Allí el Reino crece y acontece hoy.

Paz y Bien


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