Para el día de hoy (15/02/13):
Evangelio según San Mateo 9, 14-15
(El Evangelio para el día de hoy, si bien no es extenso, revela varias cuestiones.
En primer lugar, que los discípulos del Bautista y los fariseos tenían varios puntos en común, especialmente en lo referente a la práctica del ayuno. Para ellos era una obligación religiosa a cumplir de manera estricta, de tal modo que a través de su práctica precisa y piadosa podrían obtenerse los favores divinos.
El Maestro no obliga a los suyos a la práctica del ayuno, no insiste demasiado con ese tema.
Se trata, ante todo, de que estamos en el tiempo de la Gracia, de lo que se nos regala por pura bondad, por generosidad de manera incondicional por ese Dios que nos ama de manera entrañable, un Dios que siempre dá el primer paso, que tiene las primacías, que se brinda a sí mismo, y al que no se puede comprar ni dominar su voluntad mediante rituales codificados.
Más aún: Jesús de Nazareth no desprecia al ayuno, sino más bien entiende que debe ser resignificado. El ayuno debe ser un puente tendido hacia el hermano que pasa necesidad, el ayuno debe ser ofrenda humilde y silenciosa, desprovista de cualquier rostro de rictus amargo.
Aún cuando asome en el horizonte el espanto de la Pasión, la vida ha de ser celebración porque Dios, con todo y a pesar de todo, está presente y vivo entre nosotros, la maravilla de amor de ese Dios-con-nosotros, el Emmanuel)
Paz y Bien
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