Invitaciones


Para el día de hoy (23/08/12):
Evangelio según San Mateo 22, 1-14

(Si en verdad queremos profundizar en la Palabra a la que cada día nos acercamos, es importante ubicarnos en el contexto en donde suceden las enseñanzas del Maestro.
En el día de hoy, Él no le habla directamente a sus discípulos: se dirige sin vacilaciones a quienes están ofendidos y se han vuelto feroces críticos de la invitación al Reino de Dios, un Dios al que llamaba Abbá, un Dios al que sabía volcado por entero hacia los pobres y pequeños.
Por eso la parábola no iluminará sus corazones, porque se han cebado en su soberbia y en la violencia de su dialéctica.

Y más que en ese rey tan propenso a actuar como muchos poderosos que solemos conocer, es necesario que nos detengamos en el segundo banquete, el de los invitados impensados, insólitos y sorprendentes. Porque a la mesa grande de Jesús de Nazareth nadie debe faltar, y se invita tanto a buenos como a malos. Nadie ha de quedarse sin su convite, y quienes no participen no lo harán por no ser invitados ni porque algunos crean que no les corresponde.
De este ágape se queda afuera quien no viste su alma de fiesta.

A través de los tiempos y ahora mismo, muchos mensajeros han salido a los caminos a dar aviso y entregar en mano las invitaciones. Porque las cosas del Reino son siempre concretas y personales; imaginarlas abstractas y generalizarlas desvirtúa la Gracia que todo lo sustenta.

Habrá que descubrirnos entre esos mensajeros que llevan la mejor de las noticias a cada cruce de caminos, a cada rincón olvidado.
Hay una mesa enorme y lista para todos)

Paz y Bien

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