Para el día de hoy (07/08/12):
Evangelio según San Mateo 14, 22-36
(Es extraña, muy extraña la actitud del Maestro: cuando parece que estas frágiles barcas que somos están por sucumbir -simples botes existenciales, humildes naves comunitarias-, en vez de apaciguar las aguas nos incita a caminar sobre esas aguas turbulentas, y a enfrentar con decisión los chubascos bravos, aún a riesgo de hundirnos.
Nuestros temores son los mismos temores de Pedro, el miedo de perecer en la batalla contra la tormenta. Pero es el tiempo asombroso de la Gracia, y tal vez no haya mejor invitación que la de salir a andar por sobre las aguas enardecidas de la razón.
Porque se trata de la maravillosa aventura de la fé.
Luego de que la multitud se saciara de ese pan inagotable, los discípulos reciben el mandato urgente de Jesús de embarcarse hacia la otra orilla. Es imprescindible, y es raíz misma de la Buena Noticia el no quedarse, el no acomodarse, el no limitarse solamente a lo considerado propio o conocido.
No es fácil.
Adentrarse hacia nuevos mares quizás implique navegar de otra manera, adaptarse a otro tipo de aguas.
Aún así, es la misma barca y es el mismo viento el que la impulsa.
A todas partes ha de llegar la mejor de las noticias, a pesar de que mil y un accidentes nos sumerjan en el desconcierto y la angustia.
Su mano fuerte y exacta está allí mismo, la fuerza del Resucitado nos mantiene a flote, nos rescata de los pozos profundos.)
Paz y Bien
Nuestros temores son los mismos temores de Pedro, el miedo de perecer en la batalla contra la tormenta. Pero es el tiempo asombroso de la Gracia, y tal vez no haya mejor invitación que la de salir a andar por sobre las aguas enardecidas de la razón.
Porque se trata de la maravillosa aventura de la fé.
Luego de que la multitud se saciara de ese pan inagotable, los discípulos reciben el mandato urgente de Jesús de embarcarse hacia la otra orilla. Es imprescindible, y es raíz misma de la Buena Noticia el no quedarse, el no acomodarse, el no limitarse solamente a lo considerado propio o conocido.
No es fácil.
Adentrarse hacia nuevos mares quizás implique navegar de otra manera, adaptarse a otro tipo de aguas.
Aún así, es la misma barca y es el mismo viento el que la impulsa.
A todas partes ha de llegar la mejor de las noticias, a pesar de que mil y un accidentes nos sumerjan en el desconcierto y la angustia.
Su mano fuerte y exacta está allí mismo, la fuerza del Resucitado nos mantiene a flote, nos rescata de los pozos profundos.)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario