Para el día de hoy (18/02/12):
Evangelio según San Marcos 9, 2-13
(Nada sucede por casualidad o por capricho, antes bien, los corazones dispuestos pueden encontrar la mano bondadosa de Dios escondida en cada acción y en cada gesto.
Por ello no es fortuito que a ese monte -los otros Evangelistas lo identifican como Tabor- suba el Maestro con Juan, Santiago y Simón Pedro.
Ellos tres, de los Doce, eran líderes naturales pero simultáneamente los más reacios a aceptar la Buena Noticia de Jesús de Nazareth despojados de toda su carga de preconceptos y prejuicios.
Ellos no toleran la derrota del Mesías, no entienden su mansedumbre y no aceptan la maldición de la cruz. Aún así, con todo en contra, el Maestro se los lleva con Él para que cambien su mirada.
A pesar de todos nuestros bagajes previos, de nuestras persistentes opacidades, Él busca curarnos la vista sin imponernos nada y volver a ser capaces de descubrir la verdad.
La escena es increíble: en ese monte toda la tradición de la Ley -Moisés- y de los profetas -Elías- conversan con un Jesús transfigurado, resplandeciente de trascendencia y plenitud.
Moisés y Elías no hablan con los discípulos, sólo conversan con el Maestro: es la historia que encuentra sentido a partir de Él, es nuestro tiempo que encontrará significado y plenitud en el diálogo franco y abierto con Jesús de Nazareth.
Es claro que a Pedro le falta andar, tiene pendiente gran parte de su éxodo interior: está a gusto en esa cumbre, que quiere establecerse físicamente allí, guardárselo para él mismo, acomodarse y evitar sobresaltos, un Mesías de unos pocos, un Cristo de nulo acceso para las multitudes.
Nosotros estamos escasos de éxodos personales y comunitarios también.
Quizás, antes que mensajeros hemos de volvernos mujeres y hombres Tabor, puntos latientes de encuentro en donde todo tiempo y cultura pueda encontrarse a conversar con Jesús de Nazareth, Cristo Redentor del Dios de la Vida, y desde allí no acomodarse, no adormecerse, bajar al llano en donde campean las sombras y tantos agonizan en silencio y soledad)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario