Para el día de hoy (10/09/18):
Evangelio según San Lucas 6, 6-11
Hoy no encontramos ninguna urgencia patente: ese hombre de mano contrahecha seguramente podía esperar al día siguiente, un mes más, cualquier otro día de la semana. Su vida no corría peligro inminente.
Ese galileo era un provocador consumado: en pleno rostro de los dirigentes religiosos, de escribas y fariseos, viene a enseñarles en el sagrado Shabbat qué es lo urgente y donde se decide lo importante.
En realidad, no es el hombre del brazo atrofiado el enfermo. Seguramente el necesitado es él, pero los enfermos, los incapaces están alrededor de Jesús juzgándolo y a la espera atenta de que cometa un error y se sumerja en la blasfemia.
Han supeditado las existencias propias y ajenas al cumplimiento estricto de observancias religiosas, cánon de normas que han deificado, que consideran sagradas e inamovibles. En esa mentalidad religiosa, la necesidad humana no tiene espacio: esa casuística cruel llega al extremo de justificar el sufrimiento y la enfermedad como consecuencia de pretéritos pecados.
No hay discapacitados mayores.
Sin embargo, es tiempo de Gracia y Misericordia y no hay nada de casualidad en que Jesús de Nazareth quiera que ese hombre de mano muerta se ubique en el centro de la sinagoga y, especialmente, en el día en que honra a Dios: el culto agradable al Creador -enseñaría alguna vez- es socorrer a la viuda, al huérfano, auxiliar al necesitado, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, auxiliar al enfermo.
Si una comunidad deja de tener por centro al necesitado y al que sufre, está renunciando a su identidad cristiana y volviéndose una secta religiosa más, que sacraliza los ritos y reniega de lo humano, por más rabia que desate en algunas almas acartonadas.
Quizás debamos emprender el regreso a lo raigal, a lo que nos identifica, a aquello que nos vuelve verdaderamente humanos, tan humanos como Aquél que era el más humano de todos y que encontramos en el olvidado, en el que sufre, en el necesitado.
Paz y Bien
1 comentarios:
Que sepamos dejar de lado, los "sabados" y estemos atentos para obrar bien en toda circunstancia que nos toque actuar en ayuda de los necesitados. Señor, danos el Don de la Misericordia. Paz y Bien! Buena Semana para Todos
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