Para el día de hoy (02/10/09):
Evangelio según San Mateo 18, 1-5.10
(¿Cual es el criterio que regulará el status de cualquier grupo humano o de una comunidad? ¿Existen prebendas, puntajes, avales, méritos...?
La discusión de los discípulos acerca de quién es el mayor, el más importante se prorroga a nuestro hoy.
Y el Maestro -¡Alabado sea Dios!- no se anda con demasiadas vueltas, ni esgrime algún tipo de figura literaria o parábola con el fin de enseñarnos. Nada de eso.
Jesús es claro y contundente, y la Palabra nos relata con claridad: -...Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos...-
La medida o el criterio de la comunidad -y, claro está, de nuestro mundo- no debería ser otra que poner en el centro de todo a los niños y a los pequeños.
-¿Cómo? ¿No quiere decir lo mismo con niños y pequeños?-
Volvamos a la Palabra: Jesús, en el Evangelio de hoy, menciona por cuatro veces a los niños y hace una admonición especial respecto de los pequeños...
Rumiemos en silencio por un momento: los niños -nacidos y por nacer- no tienen mayor importancia en este mundo, están permanentemente supeditados a los mayores, no gravitan a la hora de tomar decisiones... Sin embargo, los niños portan una capacidad de asombro frente a la gratuidad, a lo maravilloso, al misterio que nosotros hemos dejado tristemente de lado.
Los niños tienen una aptitud especial para reconocer y disfrutar lo que es regalo.
Por eso, si no nos hacemos como ellos, ni modo: no hay Reino de los Cielos. Porque el Reino es ante todo gracia, gratuidad por el amor de un Padre bondadoso que nos quiere a pesar de nuestras miserias. Y se accede al Reino reconociendo ésto precisamente, su carácter de Gracia infinita.
Y en la misma sintonía, el Maestro nos conmina a poner, junto con los niños, a los pequeños en el centro de nuestros afanes y preocupaciones, centro alrededor del cual debería gravitar toda la vida.
¿Porqué nos habla con tanta fuerza de pequeños?
Será porque los pequeños son todos aquellos que no cuentan, que no tienen voz ni voto, que no tienen importancia, que vienen sobrando, que dá lo mismo que vivan o nó...
Hemos de estar alerta: nuestro Dios se ha puesto decididamente del lado de niños y pequeños y nos llama a estar de ese lado.
-y es muy grato militar en la ingenuidad, frente a un mundo que vocifera ¡Crisis! y plantea soluciones dinerarias en favor de unos pocos, escondiendo la miseria de millares...Si por un momento se transfiriera el polo del egoísmo y el centro de las preocupaciones pasara por otro lado...-
Alabado sea Jesucristo)
Paz y Bien
En el centro, los niños y los pequeños
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