Para el día de hoy (14/10/09):
Evangelio según San Lucas 11, 42-46
(Podemos leer la Palabra con un ojo crítico y censor respecto de escribas y fariseos... sólo que a veces actuamos de igual modo.
Nos apegamos demasiado al cumplimiento estricto de determinadas normativas y preceptos en pro del cuidado del "afuera", a menudo por cuestiones del qué dirán, del sostenimiento del poder y del prestigio, y nos olvidamos de Dios y del hermano.
De nada sirve atenerse a la estricta observancia de la letra pequeña de nuestros deberes si no hay amor.
Nuestra fé entonces pasa a ser una idolatría de un falso dios que inventamos para nuestra exclusiva conveniencia... y continuamos en la sintonía del olvido del otro, en especial del más desamparado.
Por eso el Maestro embate con dureza contra esta actitud: -sepulcros que no se ven, sepulcros blanqueados- dirá sin vacilar.
Sin vivir el amor del Padre en nosotros y sin practicar la justicia del Reino -dar y darse sin medida y sin interés propio, por pura gratuidad- todo acto que presuponemos como religioso se torna una ideología vana y peligrosa: es el ejercicio cínico de la hipocresía.
Quizás vaya siendo tiempo para pensar, junto con el Maestro, cual es la justicia que debemos practicar... Y cual es la imagen que tenemos de ella.
Si por justicia recuperamos el sentido primordial de dar a cada uno lo suyo, entonces la justicia no será tanto una mujer de ojos vendados portadora de una balanza, sino más bien una madre con los ojos bien abiertos, atenta a las necesidades de cada uno de sus hijos)
Paz y Bien
El olvido de la justicia y del amor
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