Sin nombre ni rostro


Para el día de hoy:
Evangelio según San Lucas, 16, 19-31

(Los pobres, los excluidos, los marginados no tuvieron ni tienen nombre. Tampoco rostro.
Así es más fácil ignorarlos.
Así es más sencillo acrecentar la muerte, así no molesta.

Pero el clamor de los pobres sube al Cielo, llena de lágrimas los ojos de María y hace intervenir al Padre de todos.

-Sepan disculpar mi tosquedad: pero siempre me he imaginado en el corazón al Padre Dios con voz fuerte diciendo: -¡Mucho cuidado con mis hijos!-

Jesús, hermano y Señor nuestro viene a invertir esa polaridad de indiferencia, dolor y muerte: el pobre tiene un nombre, tiene un rostro bien conocido y personal, aguarda a nuestra puerta y clama al cielo.

El Padre viene al rescate de sus hijos oprimidos.

Ruego fervientemente al Espíritu que en esta Cuaresma las posesiones materiales y las interiores no nos impidan abrir a la puerta al hermano y a la Palabra de Vida.
Amén)

Paz y Bien

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