Para el día de hoy:
Evangelio según San Lucas, 11, 29-32
(Le piden a Jesús un signo -segno, señal-
En apariencia, una señal divina para poder creer.
En realidad, se busca un signo porque no se cree en Él.
Se busca una señal que satisfaga las ambiciones individuales, el éxito, pero no una señal que indique -¡Dios!-. El signo deja de ser un simple medio y se lo toma por valor en sí mismo.
La respuesta del Señor a los que le reclamaban un signo es fuerte, contundente :-¡Generación malvada!-
Porque al igual que la señal de Jonás para los ninivitas es la señal del Reino de los Cielos para esta época: es elegido no ya aquel que recibe por herencia una raza, una condición social, una religión...
El pueblo elegido -Mi familia, ha dicho Jesús- es aquel que humildemente escucha la Palabra y la pone en práctica, con los riesgos del salto sin red que implica el creer.
La virulencia de Sus palabras debería llevarnos en esta Cuaresma al desierto de la reflexión...
¿Si tenemos los sacramentos -signos sensibles y eficaces de la Gracia de Dios-, tenemos la oración y la vida de la Iglesia, necesitamos algún signo más?
Porque hay una cierta idolatría en nuestros corazones que a veces buscan signos para obtener lo que queremos.
Y hay que tener mucho cuidado porque esa idolatría hasta puede ser eclesiástica también.
Porque la fé y la conversión a la que Jesús, nuestro hermano y Señor nos invita, tiene por signos los frutos del Reino de Dios: la humildad, la pobreza y la sencillez.)
Paz y Bien
Signos
Contenidos:
Cuaresma 2009,
Evangelio para cada día
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario