La palabra de Dios, según san Pablo, tiene que ser una palabra que arranque de la eterna antigua palabra de Dios pero que toque la llaga presente, las injusticias de hoy, los atropellos de hoy, y esto es lo que crea problemas.
Esto ya es decir: «La Iglesia se está metiendo en política, la Iglesia se está metiendo a comunista».
¡Ya aburren con esa acusación!
Ténganlo en cuenta de una vez: no se mete en política, sino que es la palabra como el rayo de sol que viene desde las alturas e ilumina.
¿Qué culpa tiene el sol de encontrar, su luz purísima, charcos, estiércol, basura en la tierra?
Tiene que iluminarlo, si no, no sería sol, no sería luz, no descubriría lo feo, lo horrible que existe en la tierra; así como también ilumina la belleza de las flores y le da el encanto a la naturaleza.
La palabra de Dios también, hermanos, por una parte ilumina lo horrible, lo feo, lo injusto de la tierra y alienta el corazón bueno, los corazones que, gracias a Dios, abundan...
Monseñor Oscar Arnulfo Romero
Arzobispo de San Salvador y Mártir
ORACION: PADRE DE MISERICORDIA.
Hace 3 horas.
2 comentarios:
Garcias por agregarte como seguidor. Me encanto este ctexto, estoy muy de acuerdo. Creo que si la palabra de Dios no nos sirve para posicionarnos ante este mundo y tratar de cambiarlo, denunciando los atropellos y las injusticias, ¿que cristianismo vivimos?
Un abrazo.
No tenés nada qie agradecerme, es un gusto visitar y conocer tu blog, al que llegué por ¿casualidad?. Además, es bueno y necesario, aunque sea de a poco, ir aunando lo que nos es común a muchos. Como lo que Monseñor Romero nos dice en esta reflexión acerca de la coherencia de vida y de ser fieles al mandato del bautismo y leales a lo que creemos. Gracias por tus palabras y tu presencia. Un abrazo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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