Nuestro gran problema, pues,
no consiste en buscar a Dios,
sino en saber que hemos sido
buscados y hallados por Dios...
Él se ha venido a instalar en nuestra casa
y no quisiera salir nunca:
vivir oculto en nosotros hasta nuestra muerte
y después manifestarse espléndido en nosotros mismos.
Esto ¡cómo ensancha!!!
San Alberto Hurtado, S.J.
El Amor de Dios
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Reflexiones,
San Alberto Hurtado
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