El secreto está en la cotidianeidad
que parece ocultar y trivializar
los actos heroicos de la vida,
pero que en realidad
contiene la clave de la santidad humilde,
tanto en la vida comunitaria
como en la vida familiar o parroquial.
Más allá de las apariencias clamorosas,
donde Dios habita
es en el secreto de la cotidianeidad oculta.
R.P. Carlo María Cardenal Martini, S.J.
La santidad cotidiana
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Cardenal Martini,
Reflexiones
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4 comentarios:
Hola amigo:
Cuan grande es el valor de estas pequeñas cosas que a simple vista no tienen importancia, pero que hace grande el amor a nuestro prójimo.
Pasa por el blog 123xyz que tienes un justo reconocimiento por tus excelentes publicaciones.
Dios te cuide.
Solemos elevar a la categoria de héroe a alguien que hace algo extraordinario en un momento dado, más las cosas sencillas, hechas día a día, nos resultan normales y hasta cierto punto: rutinarias y vulgares. Sin embargo, esa vulgaridad y rutina hecha con todo el amor que podamos dar es lo que eleva nuestros actos a la categoría de heroíco. Porque el valor de lo hecho está determinado por cuanto amor se haya puesto en hacerlo. Así, aquel relive tan perfectamente dibujado en lo alto de un determinado rascacielo, donde nadie lo puede ver, tiene el sello de lo héroico para aquellos que pudiendo hacerlo de la manera que quisieran, puesto que nadie se los iba a reprochar, lo han hecho poniendo todo su mayor esfuerzo como si de un museo se tratara.
Y todo esto me lleva a considerar que al hacer lo rutinario y cotidiano debo hacerlo sabiendo que estoy en presencia del SEÑOR, y que ÉL premiará mi esfuerzo y empeño. Esa es la verdadera medida de lo heroíco, considerar que mi público es DIOS y hacerlo todo dedicado a ÉL.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Luis, amigo mío, quizás sean buen tiempo esta Cuaresma para redescubrir el obrar del Espíritu en las cosas más pequeñas, más sencillas. Te agradezco de todo corazón el presente que me has dado, que seguramente no merezco. Dios acreciente tu alma generosa, te bendiga y proteja a los tuyos. Paz y Bien. Ricardo
Salvador, hermano, la cultura actual nos ha propinado una gran paliza; imaginamos lo milagroso como algo con efectos especiales hollywoodenses, pero lo milagroso, que es la intervención directa de Dios en nuestra historia, está cada día en las cosas más pequeñas, en la rutina, en lo cotidiano como verazmente reflexionas. Dios te siga iluminando. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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