(Este poema ha sido muchas veces publicado en la red. Pero su riqueza no se agota en la repetición, no.
Vaya ahora en un pequeño homenaje a esa gente y al Espíritu de Jesús que sigue suscitando entre nosotros - cada día- el milagro de gente que nos hace más ligera la vida, que son el signo constante del dónde debemos ir, que son presencia real y grito silencioso del Dios que nos ama y que no quiere que ninguno se pierda. Porque no hay otra limosna que la de la propia vida...Paz y Bien. Ricardo.)
GENTE
Hay gente que con solo decir una palabra
Enciende la ilusión y los rosales;
Que con solo sonreír entre los ojos
Nos invita a viajar por otras zonas,
Nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano
Rompe la soledad, pone la mesa,
Sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
Que con solo empuñar una guitarra
Hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
Llega a todos los límites del alma,
Alimenta una flor, inventa sueños,
Hace cantar el vino en las tinajas
Y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
Desterrando una muerte solitaria
Pues sabe que a la vuelta de la esquina
Hay gente que es así, tan necesaria.
Hamlet Lima Quintana
-poeta argentino-
Gente
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6 comentarios:
Sin duda que sí, Ricardo, vale la pena luchar para ser así. Creo que es la mayor satisfacción poder arrancar de los demás que has sido una persona positiva, solicita, disponible, atenta, respetuosa, entregada y sobre todo comunicadora de esperanza, de esperanza en una vida plena, feliz y eterna. Desde ahí encuentras y descubres todas tus limitaciones y pobrezas, y piensas, como yo lo hago ahora, ¡qué lejos estoy de llegar a eso! pero la esperanza en CRISTO siempre está a nuestro lado.
Un abrazo, porque éstas poesías son esas palmaditas que levantan, animan y hacen seguir hacia delante. Son los regalos que nuestro PADRE DIOS nos envía para que nos apoyemos unos en otros.
Hay más gente así de la que pensamos. Suelen ser personas cuya alegría está enraizada en una espiritualidad profunda, capaces de dar en las pequeñas cosas como si no les costara nada, cuando a veces cuesta y mucho. El otro día comentaba en otro lugar que esa alegría, esa sonrisa permanente, esa entrega en las pequeñas cosas es lo que santa Teresita de Liseux llamaba sufrir (por amor) el martirio a “alfilerazos”.
Estas personas son las que llevan el aroma de Cristo por todos lados. Son personas totalmente entregadas a la volunta divina y que son capaces de encender la chispa del amor a Dios hasta en el más incrédulo.
Dios te cuide.
Salvador: la gente como la que devela el poema son los que nos siguen señalando en silencio al horizonte que se nos suele perder por nuestras miserias, y que es Cristo. Sin ninguna duda son regalos, son Gracia, y son mujeres y hombres de Dios como tan claramente lo expresas. Con gente así, tan necesaria, es casi imposible bajar los brazos. Te mando un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Eligelavida, como bien decís, ser así implica casi siempre un sacrificio. Pero esta gente lo hace en dos sentidos: se vence a sí mismo, se dona gratuitamente y hace sagrado lo que no lo es desde su presencia y su silencio. Mi agradecimiento por tu presencia y tus palabras y un fraternal saludo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Luispdzp, exacto, es el aroma de Cristo que purifica estos aires cada vez más enrarecidos...Y hay otra cuestión también: esta gente probablemente no se reconozca en el poema, porque para portar la luz del Resucitado se requiere una humildad enorme y un "don de gentes" que por desgracia se ha hecho inhabitual. Un abrazo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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