Por los alrededores del Reino


Para el día de hoy (04/11/12):  
Evangelio según San Marcos 12, 28b-34
(Ante todo, hay que tener en cuenta quienes eran los escribas en los tiempos de la predicación de Jesús: eran en su mayoría laicos -preponderantemente fariseos- estudiosos y exégetas de la Ley de Moisés, es decir, expertos ortodoxos en la interpretación de la Ley y las Escrituras. 
De esa ley, llegan a contabilizar 613 preceptos o mandamientos, 248 prescripciones de carácter positivo -248 huesos del cuerpo-, y 365 prescripciones de carácter negativo -365 días del año-. Los escribas podían señalar una diferencia en mayor o menor importancia -leves o graves- en dichos mandamientos, de ningún modo podían justificar una exención pues todos ellos eran de estricto cumplimiento efectivo.

Por ello mismo, la pregunta del escriba -¿cual es el primero de los mandamientos?- es más que razonable, y a través de todo el Evangelio para el día de hoy podemos intuir un corazón sincero y abierto a la verdad en ese escriba.

Pero también es menester señalar algo crucial: la pregunta del escriba se refiere a un orden prioritario, es decir, cómo ordenar los mandamientos de mayor a menor. Sin embargo, la respuesta del Maestro corre por otro cauce: Él expresará que hay un sólo mandamiento importante con dos facetas, un mandamiento que es mucho más que un reglamento, un mandamiento que abarca la totalidad de la existencia y del universo.

Porque el amor al prójimo es la consecuencia directa de ese amor primero y entrañable del Dios de la Vida, un Dios que nos amó primero.

Y lo primordial es que no se ama en abstracto: el prójimo es concreto y real, un rostro definido, un nombre reconocible, aquellos a quienes nos aproximamos/aprojimamos.
Esta es la distancia que hemos de salvar, como expresión concreta del Reino de Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro.

Para la ideología y la religiosidad imperante en aquel entonces, el rótulo de prójimo estaba limitado al pueblo de Israel y a unos pocos casos más, todos ellos relacionados a la pertenencia religiosa y nacional. El prójimo jamás podía ser un extranjero o un enemigo.
Por eso el escriba, este escriba de corazón sincero, debe aún realizar su propio éxodo.
Su teoría es buena y certera, pero aún debe dar ese paso decisivo de salir al encuentro del otro, de hacerse prójimo. Por ello mismo se encuentra en los alrededores, por eso está cerca del Reino pero aún no ha llegado.

El Reino acontece cuando nos acercamos al hermano, desde ese amor que Dios nos tiene y por el que el tiempo se ha vuelto santo desde su Encarnación, Dios con nosotros, Dios por nosotros, Dios en nosotros)

Paz y Bien


 

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