Para el día de hoy (12/10/12):
Evangelio según San Lucas 11, 15-26
(El ministerio de Jesús de Nazareth en favor de los dolientes y excluidos se iba volviendo cada vez más molesto y peligroso para los poderes establecidos, y comenzaba a cernirse en el horizonte la sombra ominosa del calvario.
Puede inferirse que frente a esa amenaza que el anuncio de la Buena Noticia implicaba -el amor es peligroso- sus enemigos actuaran en contra suya de manera planificada con ataques in crescendo.
En un comienzo, se limitaban a denostarlo por su origen galileo y humilde; luego vendrían las murmuraciones y el repudio explícito, junto a numerosas intenciones de hacerle pronunciar afirmaciones que lo sentenciaran como blasfemo o demoníaco, para procurar su ejecución de acuerdo a su particular interpretación de la Ley mosaica.
En el caso puntual de la Palabra para el día de hoy, la crisis se suscita por haber expulsado demonios de un alma sufriente. Si bien es lo que usualmente se entiende por exorcismo, podemos atrevernos a dar un paso más y detenernos en el hecho concreto: es el Señor que devuelve la humanidad plena a una persona agobiada, su personalidad fracturada y enajenada, imposibilitada de crecer, de acercarse al otro, de ser libre.
Este hecho de liberación horrorizaba a los que lo enfrentaban, y por ello inferían que Jesús obraba al modo de un mago de parte del Maligno.
En realidad, los enfermos eran ellos, incapaces de aceptar el bien que acontecía ante sus ojos, ciegos del Reino que se prodigaba de un modo asombroso y gratuito.
Es nuestro problema y nuestro desafío precisamente el mismo: redescubrir la acción santa del Espíritu que sopla en todas partes, que no puede acotarse a pertenencias, que renueva la faz de la tierra.
Porque hay muchas mujeres y hombres que liberan tanto espacio ocupado inútilmente, tanta miseria arrumbada en las oquedades de los corazones, espacios para que la vida florezca plena.
Todos ellos, aún cuando no nos parezcan tan cercanos o propios, son del Maestro y con Él siembran la semilla imparable del Reino para que todo sea nuevo)
Paz y Bien
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