Para el día de hoy (09/12/11):
Evangelio según San Mateo 11, 16-19
(El cuestionamiento de Jesús para con su generación es durísima, y es también dolorosamente veraz.
Estaban los que criticaban a Juan, hombre de Dios y del desierto y rechazaban de plano sus llamados a la conversión. Su vida austera, ascética les molestaba y por ello lo catalogaban como loco y endemoniado.
Sin embargo, no ahorraban su juicio despiadado para con el Maestro.
Jesús amaba sentarse a compartir la mesa con los despreciados, con publicanos y prostitutas, con aquellos que nadie sentaría a su mesa. Por ello lo clasificarían como borracho y glotón, como un impuro e irrecuperable irreverente.
Jesús los cuestiona, más es un planteo algo mezquino imaginar que les está señalando una conducta histórico-religiosa particular. Vá mucho más allá, pues señala posturas éticas que aún persisten, que no se limitan -moralmente- a un determinado acontecer histórico.
Quizás lo más grave es que tanto Juan como Jesús los/nos pone en evidencia.
Cuando confluyen egoísmos, soberbias e intereses individuales, el tiempo se vuelve tiempo de rechazo. Necesariamente sucederá el descrédito, el menosprecio calculado, el rechazo intemperante, las agudas razones estructuradas de tal modo que no acontezca, por ningún motivo, la escucha.
Un Niño que viene nos deja en evidencia. Tal vez nos hemos vuelto demasiado grandes, muy maduros para específicas conveniencias y dejamos de lado la posibilidad de que acontezca la Buena Noticia, ésa que se sucede cuando nos descubrimos hijas en hijos en las manos de un Dios que es un Padre que nos ama y una Madre que nos cuida)
Paz y Bien
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