Para el día de hoy (07/03/17)
Evangelio según San Mateo 6, 7-15
La Palabra de Dios desciende sobre la creación, sobre la tierra como lluvia bienhechora que todo lo fecunda, y nuestras existencias germinan al paso de la vida que se despierta tras la bendición. Esos renuevos que florecen son plegarias, nuestra oración que sube hacia la inmensidad del Creador como expresión segunda y respuesta, pues de Él son todas las primacías.
Dios es el Totalmente Otro, y su misterio es tan insondable que en nuestra pequeñez deberíamos permanecer mudos totales sin remisión. Aún así y a pesar de todo y de todos, Dios se hace Palabra para que recuperemos el habla, Verbo que se encarna, Cristo, Dios con nosotros.
Cristo nos revela la verdad que transforma la totalidad de la historia, que Dios es Padre y más aún, Abbá.
Padre que se brinda sin reservas, Padre por el que todos somos hermanos, Padre bondadoso, tenaz e incansable.
Él nos brinda su oración que es el compendio del Evangelio y la Salvación.
Cristo es el puente con la eternidad, y el Padre Nuestro nos introduce en el misterio infinito de Dios, en alabanza a su Nombre, en súplica por su Reino y su voluntad aquí y ahora, causa de Dios que también es causa de los hermanos por el pan, el perdón, la justicia, la reconciliación.
Orar el Padre Nuestro es orar con Cristo, participar desde las raíces mismas de la existencia en el amor trinitario, decir con Él -Padre- transformarlo todo desde esa identidad única e inquebrantable, la vocación infinita de se sus hijos.
Paz y Bien
2 comentarios:
Gracias.
Paz y Bien
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