Para el día de hoy (09/03/17)
Evangelio según San Mateo 7, 7-12
Jesús de Nazareth nos enseña que orar es pedir, buscar, llamar sin descanso, sin aflojar, noche y día sin desfallecer. Orar porque Dios siempre escucha, no es un personaje que se incomoda y brinda lo pedido por hartazgo o conveniencia, sino que se brinda por entero, Él mismo, con la alegría y la ternura de un Padre que no descansa por el bien de todas sus hijas e hijos.
La oración, entonces, ha de ser tenaz desde la confianza antes que desde la practicidad, con un corazón enamorado antes que especulador. Orar poco tal vez implique sólo repetir formular y confiar poco, bajar los brazos con rapidez, resignarse con facilidad. Vidas orantes antes que vidas con oración, vidas que sintonicen el asombroso amor de Dios.
Más que por el hombre que reza de manera incesante, la oración es eficaz por la infinita bondad de un Dios Padre que siempre escucha, que atiende, que se deja encontrar.
Pero no se trata solamente de oración, sino de oración cristiana, es decir, una oración que rinde frutos asombrosos merced a la mediación de Cristo.
Cuando oramos nos unimos a Él reconociendo a Dios como Padre y al prójimo como hermano.
Con Cristo finalizan todos los no se puede, los nunca, los jamás, todos los imposibles. Todo lo podemos en Aquél que vive, muere y resucita por todos.
Paz y Bien
1 comentarios:
Gracias, vaya explicación de la oración, que lejos estoy de todo esto, Señor Enséñame a orar, gracias.
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