San José, esposo de la Virgen María
Para el día de hoy (20/03/17):
Evangelio según San Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Las dudas del carpintero de Nazareth suelen interpretarse en clave legalista, de tal modo que el embarazo de María es solamente sospechoso, lo cual lo vuelve punible para los rígidos criterios religiosos imperantes. La severidad implicaría su ejecución por lapidación, y por ello José decide repudiarla en silencio, evitándole la infamia pública y, tal vez, la misma muerte.
Pero hay más, siempre hay más.
José es un hombre justo en el sentido bíblico del término, es decir, que ajusta su voluntad y su corazón a la voluntad de Dios.
Sabe que ese asombroso embarazo de la mujer que ama es cosa de Dios, un misterio enorme que lo desborda y que lo descoloca. Él decide irse en silencio pues en su insondable humildad se descubre indigno, fuera de lugar por la presencia del Altísimo en María.
Pero José sueña. aún en los momentos más oscuros y cerrados, esos en donde se pierde el horizonte, hay que seguir soñando, nunca resignarse, jamás ceder un sólo paso a la desesperanza.
Así en sueños, un Mensajero amable le aclara todas sus dudas, le trae Buenas Noticias que cambiarán la historia, transformando el devenir del tiempo en senderos de Salvación.
José asume su lugar hasta los huesos en el proyecto de amor de su Dios.
Por José, el Bebé Santo que nacerá de la Virgen tendrá un linaje davídico, herencia de todas las promesas de su pueblo.
Por José, el Redentor nacerá y crecerá dentro de una familia, un pueblo, una identidad, una familia que lo acuna y protege, un Dios que se hace historia con raíces, mucho más que un apellido, mucho más que un paria sin destino.
El nombre de cada persona revela identidad, misión, carácter.
José tendrá por misión conferir al Hijo el nombre de Jesús, Yahveh Salva, y bajo su amparo humilde, por su manso servicio y su cálida entrega, Jesús conocerá desde pequeño el profundo significado de la palabra Abbá, el Papá que lo cría, lo educa y protege y desde el cual identificará el asombroso misterio de Dios.
Por eso José es padre de Jesús con todas las letras y sin matices, la cordial imagen de un Dios que siempre está allí para nosotros.
San José de Nazareth, esposo de la Virgen María y padre de Jesús, ruega por nosotros.
Paz y Bien
1 comentarios:
gracias, ayúdame, san José, a vece no entiendo muchas cosas que me suceden sólo ayúdame, a escuchar la voz de Dios en cada momento que vivo aunque sea un poco difícil , gracias.
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