Para el día de hoy (03/04/12):
Evangelio según San Juan 13, 21-33.36-38
(Jesús estaba profundamente conmovido -¿cómo no estarlo?- se estaba despidiendo de los amigos con los que había compartido tres años más que intensos, amigos con los que había recorrido mil caminos, amigos a los que les había revelado verdades insondables y las profundidades de su corazón.
Se acerca la muerte, se asoma el horror y en vez de huir, Él comparte la mesa con los suyos.
Entre ellos está el Discípulo Amado, el cual deliberadamente no es identificado con nombre propio: ello así porque allí hay que poner nuestros nombres, y porque también el Discípulo Amado es la misma comunidad.
Jesús habla de quien en pocos momentos lo entregaría a sus enemigos, verdugos de todo asomo de libertad. Los discípulos se horrorizan, porque no asumen que entre ellos haya alguno que se atreva a traicionar al Maestro; nada más erróneo, la traición proviene siempre de quien se confía, de quien reivindicamos como propio. Así también Pedro quebrantará la confianza de Jesús con la rapidez del canto matinal de un gallo, y los demás correrán presurosos a esconderse, prófugos de sus miedos.
Pero en el centro de esa noche cerrada, noche de soledad y negación, Él ofrece compartir el pan.
Aún en nuestros quebrantos más terribles, aún sabiendo que en nuestros orgullos le damos concienzudamente la espalda, nos sigue ofreciendo su amistad.)
Paz y Bien
(Jesús estaba profundamente conmovido -¿cómo no estarlo?- se estaba despidiendo de los amigos con los que había compartido tres años más que intensos, amigos con los que había recorrido mil caminos, amigos a los que les había revelado verdades insondables y las profundidades de su corazón.
Se acerca la muerte, se asoma el horror y en vez de huir, Él comparte la mesa con los suyos.
Entre ellos está el Discípulo Amado, el cual deliberadamente no es identificado con nombre propio: ello así porque allí hay que poner nuestros nombres, y porque también el Discípulo Amado es la misma comunidad.
Jesús habla de quien en pocos momentos lo entregaría a sus enemigos, verdugos de todo asomo de libertad. Los discípulos se horrorizan, porque no asumen que entre ellos haya alguno que se atreva a traicionar al Maestro; nada más erróneo, la traición proviene siempre de quien se confía, de quien reivindicamos como propio. Así también Pedro quebrantará la confianza de Jesús con la rapidez del canto matinal de un gallo, y los demás correrán presurosos a esconderse, prófugos de sus miedos.
Pero en el centro de esa noche cerrada, noche de soledad y negación, Él ofrece compartir el pan.
Aún en nuestros quebrantos más terribles, aún sabiendo que en nuestros orgullos le damos concienzudamente la espalda, nos sigue ofreciendo su amistad.)
Paz y Bien
2 comentarios:
Gracias, es verdad apesar de todo Él sigue allí con nosotros,Él ofrece compartir el pan.
Gracias, que podamos ser pan de cristo para otros.
Soledad Interior, me uno a tu plegaria; y que el Espíritu que nos convoca nos convierta también en bendición para nuestros hermanos
Paz y Bien
Ricardo
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