Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
Para el día de hoy (08/04/12):
Evangelio según San Juan 20,1-9
(María de Magdala se encamina en la cerrada noche de su desconsuelo hacia esa tumba en donde reposan los restos de su Maestro. Ella lo ha visto morir en la crueldad de la cruz, en su extrema soledad y visita la tumba con el mismo amor y la misma tristeza conque visitamos la sepultura de quien amamos.
Sin embargo, en plena oscuridad de ese agobio, asoma el alba. No hay noche que sea definitiva, sea de María Magdalena o sea nuestra.
Se trata de una tumba complicada. Es morada prestada para su cuerpo -ni en la muerte Jesús ha tenido nada propio-, pero es hogar inútil para un muerto inquieto y peligroso, un muerto que no descansa aunque los motivos son bien distintos a todo presupuesto.
La pesada piedra está corrida, señal de que es una tumba inútil, y que no hay roca -por gravosa que fuera- que no pueda ser corrida o derribada.
María corre hacia donde se refugian con miedo y pesar los Once: aún supone la muerte de Jesús, y cree que se han apropiado de su cuerpo.Tiene -aún con sus errores- las prisas de quien ama,y sus pies ligeros son también los nuestros cuando algunos nos quieren esconder a ese Cristo que amamos.
Pedro y el Discípulo Amado corren hacia la tumba; tienen la necesidad de constatar lo dicho por María y los angustia alguna maquinación más,otra manipulación bienintencionada en nombre de Dios.
Es dable imaginar esa carrera, y nos es fortuito que el Discípulo Amado llegue primero al sepulcro.
No se trata de que es más joven, más veloz o más virtuoso que Pedro: se trata de que siempre llega primero quien ama, siempre, sin vacilaciones y de manera indefectible. Y más aún: será ese mismo Discípulo quien comprenda que Jesús ha resucitado, ha visto las señales de vida y se ha revestido de alegría y esperanza.
No es tampoco casual que el Discípulo no tenga un nombre que lo identifique: allí corresponde poner comunidad, allí van tu nombre y el mío.
La comunidad que ama y se descubre amada siempre llega antes que Pedro,pero no deja a Pedro de lado; corre sin parar hacia allí, adonde supuestamente impera la muerte, con la urgencia de esa vida que se le amanece en las honduras de su corazón, y sabe encontrar signos ciertos de vida a pesar de las gran necrópolis en que a veces se convierte nuestro mundo.
Es el fin de los imposibles, la cancelación del no se puede, el comienzo de todas las alegrías.
Cristo ha resucitado y estamos todos invitados a esa fiesta de la vida sin fin, y hay que salir corriendo a dar aviso a los cegados de pesadumbre.
Muy feliz éxodo nuevo,Muy Feliz Pascua de Resurrección)
Paz y Bien
Sin embargo, en plena oscuridad de ese agobio, asoma el alba. No hay noche que sea definitiva, sea de María Magdalena o sea nuestra.
Se trata de una tumba complicada. Es morada prestada para su cuerpo -ni en la muerte Jesús ha tenido nada propio-, pero es hogar inútil para un muerto inquieto y peligroso, un muerto que no descansa aunque los motivos son bien distintos a todo presupuesto.
La pesada piedra está corrida, señal de que es una tumba inútil, y que no hay roca -por gravosa que fuera- que no pueda ser corrida o derribada.
María corre hacia donde se refugian con miedo y pesar los Once: aún supone la muerte de Jesús, y cree que se han apropiado de su cuerpo.Tiene -aún con sus errores- las prisas de quien ama,y sus pies ligeros son también los nuestros cuando algunos nos quieren esconder a ese Cristo que amamos.
Pedro y el Discípulo Amado corren hacia la tumba; tienen la necesidad de constatar lo dicho por María y los angustia alguna maquinación más,otra manipulación bienintencionada en nombre de Dios.
Es dable imaginar esa carrera, y nos es fortuito que el Discípulo Amado llegue primero al sepulcro.
No se trata de que es más joven, más veloz o más virtuoso que Pedro: se trata de que siempre llega primero quien ama, siempre, sin vacilaciones y de manera indefectible. Y más aún: será ese mismo Discípulo quien comprenda que Jesús ha resucitado, ha visto las señales de vida y se ha revestido de alegría y esperanza.
No es tampoco casual que el Discípulo no tenga un nombre que lo identifique: allí corresponde poner comunidad, allí van tu nombre y el mío.
La comunidad que ama y se descubre amada siempre llega antes que Pedro,pero no deja a Pedro de lado; corre sin parar hacia allí, adonde supuestamente impera la muerte, con la urgencia de esa vida que se le amanece en las honduras de su corazón, y sabe encontrar signos ciertos de vida a pesar de las gran necrópolis en que a veces se convierte nuestro mundo.
Es el fin de los imposibles, la cancelación del no se puede, el comienzo de todas las alegrías.
Cristo ha resucitado y estamos todos invitados a esa fiesta de la vida sin fin, y hay que salir corriendo a dar aviso a los cegados de pesadumbre.
Muy feliz éxodo nuevo,Muy Feliz Pascua de Resurrección)
Paz y Bien
4 comentarios:
¡Feliz Pascua de resurrección!
Ha resucitado nuestro Amor, nuestra Esperanza.
¡ ALELUYA !
¡Muchas gracias!
Muy feliz y santa Pascua¡
Queridas Marian y Miriam:
Que en este tiempo de esperanza que no se agota, el Espíritu nos transforme en señal de vida para los demás, que seamos testigos de esa vida que prevalece.
¡Y que el Resucitado las colme de alegría!
Paz y Bien
Ricardo
reciban muchas bendiciones les visito desde El Salvador, Centroamerica, les invito a mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
COMPARTO MI TESTIMONIO DE SANIDAD DE CANCER INVASIVO PARA LA GLORIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
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