Para el día de hoy (19/04/12):
Evangelio según San Juan 3, 31-36
(La Pascua es la fiesta del amor mayor, de ese amor incondicional de Dios para con toda la humanidad, y es también celebración de la libertad.
Celebramos la libertad absoluta con la que Jesús de Nazareth nos ama hasta el extremo de morir por nosotros, ese amor hasta el fin, ese quedarse para siempre entre nosotros aún cuando todo diga que ha partido. Allí también se enraiza nuestra existencia.
Porque Dios nos ofrece Salvación y liberación sin imposición, incondicionalmente, bendición total a pesar de todo lo que somos, a favor de todo lo que podemos llegar a ser.
La premisa es sencilla, pero no por ello menos profunda: significa unirse cordialmente -desde las profundidades de nuestro ser- a la ofrenda de ese Jesús hermano nuestro y Señor.
Salvación es unirse inseparablemente a Alguien, aceptar salir a su sol, renegar de toda tiniebla, encaminarse decididamente a una vida plena a la que nos invita más no se nos obliga.
Dios es un Padre que nos ama y una Madre que nos cuida y no quiere que ninguno de sus hijas e hijos se pierda, que no amenaza con castigos sino que nos quiere y seguirá queriendo siempre)
Paz y Bien
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