Para el día de hoy (21/03/12):
Evangelio según San Juan 5, 17-30
(La insistencia del Maestro acerca del carácter bondadoso e incansable de su Padre no es mera cuestión repetitiva ni casual: su Padre sigue actuando, su Padre sigue amando, su Padre sigue liberando, su Padre continúa sin pausa su obra creadora hasta hoy mismo, aquí y ahora, entre nosotros.
Y Él se identifica plenamente con su Padre, mucho más que una transparencia. Jesús es Dios y Dios es Jesús, y cada uno de sus hermanos -vos y yo, tú y ella, todos nosotros- tenemos una herencia y un gen espiritual que nos impulsa, en una identidad irrevocable e intransferible: hacer presente en cada palabra, en cada gesto y en cada acción nuestras raíces familiares, ese Padre que nos cobija y protege, ese Hijo que es hermano y compañero.
La tarea no es de juicio y separación cuidadosa de unos pocos elegidos.
Quizás con el devenir de la historia, hemos minusvalorado el real sentido de la universalidad, que es la Gracia que desciende infinita y generosa sobre toda la humanidad.
Por ello, en cada hecho de liberación, en cada acción de socorro y compasión, en toda reivindicación de justicia -provenga de donde provenga- podemos entrever la mano bondadosa de Aquel que todo sostiene y que a todos nos cuida.
Allí está nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestro rostro mejor)
Paz y Bien
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