Para el día de hoy (03/03/12):
Evangelio según San Mateo 5, 43-48
(Jesús de Nazareth habla como habla y dice lo que dice desde el marco y la perspectiva de su pueblo. Así entonces, a partir de la Ley es dable y deseable amar al prójimo, al cercano, al de fronteras adentro, inclusive al extranjero que vive por nuestros lugares -hoy propuesta demasiado lejana- pero es razonable y hasta necesario enfocar nuestras furias y nuestros odios sobre el extraño, el ajeno, el alejado, el de fronteras afuera.
Quizás por ello en aquel entonces y hoy también las guerras brutales e inhumanas que se libran en tierras lejanas no son gravosas a las conciencias de los pueblos, excepto cuando se pierden o mueren los propios; el resto son sólo casualties, bajas cuantificables y circunstanciales de los otros que no cuentan.
El Maestro no acepta estos postulados de odio y muerte.
Sus hermanas y sus hermanos están llamados a construir una vida nueva, a renovar la faz de la tierra: su propuesta puede asomarse increíble, pero también es magnífica e inconmensurable la maravillosa Gracia que llueve la bondad de Dios sobre buenos y malos, sobre cercanos y lejanos sin condicionamientos.
Tal vez estemos llamados en este tiempo a reconstruirnos, y la clave esta en como nos vamos haciendo: si exactos practicantes religiosos, o antes que ello volvernos enteramente humanos, esos que a riesgo de sus vidas acercan al lejano, reconocen como igual al forastero, aceptan la diversidad sin violencias y, mansamente, proclaman y ejercen su hambre intolerable de paz y justicia)
Paz y Bien
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