El poder que no es servicio oprime y quebranta


















Para el día de hoy (18/02/20) 

Evangelio según San Marcos 8, 13-21 








A pesar de todo lo que habían compartido con Él, de todo lo que habían sido partícipes, los discípulos seguían sin querer comprender.
Doce canastas sobraron luego de alimentar a la multitud hambrienta, pan abundante y generoso para todos los hijos de Israel que aún no ingresan al ámbito de la Gracia.
Siete canastas sobraron luego de saciar el hambre de otros tantos miles en tierras paganas, pan abundante y generoso para cuando lleguen todos los gentiles invitados al banquete del Reino.

Ellos siguen preocupándose por cuestiones menores, y a su vez permiten que ciertas cuestiones mundanas les opaquen el alma, corazones ocupados por lo que perece y no trasciende.
La levadura de los fariseos, la de la figuración, de la pura exterioridad sin corazón y sin Dios, la de la hipocresía.
La levadura herodiana, la del poder por el poder mismo, el poder que no es servicio, la opresión justificada, el dominio mundano, la ética ausente.

Así, ellos y nosotros, imbuidos de esos venenos solemos dispersarnos, enfrentarnos, separarnos con encarnizamientos y odios. Las divisiones y resquemores nos pertenecen por completo, no pueden ser adjudicadas a otros, quitándonos los sayos que nos colocamos sin hesitar. Gustamos alimentarnos en recintos estrechos de ventanas y puertas cerradas, con los detectores de enemigos encendidos, rápidos para señalar al opuesto, al distinto, a lo que nos diferencia.

Pero lo que verdaderamente cuenta es Cristo, el Pan de Vida, Pan único que nos alimenta y nos hace hijos y por lo tanto hermanos.
Cristo en nuestra barca Iglesia, Cristo en nuestra barca existencia, Dios con nosotros. Nada más importa.

Paz y Bien

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