Para el día de hoy (18/10/13):
Evangelio según San Lucas 10, 1-9
(El Evangelio para el día de hoy nos trae una enseñanza muy profunda, que es a la vez provocativa e inquietante.
Se trata de esos setenta y dos enviados por Jesús de Nazareth como mensajeros tenaces de buenas noticias, con su misma fuerza y poder, en su misma sintonía: es misión de paz, de salud, de liberación.
Y ha de llamarnos necesariamente la atención que esos hombres que esos hombres son enviados a correr terribles riesgos, sin ningún recurso material que los respalde, sólo revestidos sus corazones de confianza en ese Cristo que jamás los abandonará.
Son pequeños. Son frágiles. Van, en apariencia, inermes y mansos a sumergirse en mares de lobos bravos. Pero van. No se arredran ni permiten que ni el temor ni profusos razonamientos logísticos los amilanen. Con todo y a pesar de todo, van.
Esa misión suya -pura confianza de Dios depositada en ellos- es fermento en la masa innominada, levadura para transformar campos yertos en pan que no se agote. Paz, salud y liberación en sintonía de amor son su culto y su liturgia.
Ellos plantarán su rostro y no rehuirán a la fiera batalla que se avecina. Pero no son esclavos de éxitos ni de derrotas, y saben que su victoria será, a los ojos del mundo, una victoria extraña. Porque es una victoria en donde se eliminan los males y dolores que agobian, pero se cuida a los enfermos, a los que sufren, a los dolientes, aún cuando muchos de ellos se volverán crueles perseguidores de los misioneros.
La victoria del Reino es una silenciosa victoria de justicia y de compasión en donde se acreciente lo humano, se santifique la tierra, se ilumine el mundo.
Por eso cuando la Iglesia se asume misionera, sin otro ánimo que el de servir, de ser grano de trigo escondido para bien de muchos, la Iglesia florece pues se vuelve fiel, cada vez más fiel a Aquél que la hizo hogar, que la hizo comunidad, recinto amplio de libertad y justicia, y por sobre todo, familia creciente)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario