Para el día de hoy (27/06/18):
Evangelio según San Mateo 7, 15-20
Hay enseñanzas del Maestro que superan las especulaciones ad intra, es decir, el ámbito de la comunidad cristiana. Más aún, las enseñanzas de Jesús de Nazareth tienen una universalidad tal que quizás los criterios de la comunidad cristiana son sólo otro aspecto y no el primordial. El mensaje de Cristo se dirige a todos los hombres de todos los tiempos.
Es por ello que la lectura de este día nos ofrece criterios de discernimiento, aprender a mirar y ver desde la perspectiva de la Buena Noticia. Es claro que se trata de mucho más que un simple tamiz, o unas gafas a través de las cuales se filtra el acontecer diario: encarnar la mirada de Cristo supone, ante todo, convertirse, escuchar la Palabra y ponerla en práctica, tener a Dios por bien supremo. Desde allí todo se mira y vé de otra manera.
Lobos por ovejas siempre hubo, en cada etapa de la historia, aunque quizás en los últimos tiempos adquirieron cierta pátina peligrosamente falaz y seductora de aquellos que gustan consumir slogans y que ceden a otros su mandato de ser sal de la tierra y luz del mundo.
En nombre de la pura praxis se suele dejar la humanidad a un lado. En reverencia a falsos dioses -mercado, poder, ideología- se justifica pobreza y se razona miseria. Enarbolando pretensas banderas morales, se resigna toda perspectiva de compasión, ética sin bondad ni corazón, agresivo escepticismo con pátina de progreso.
Aunque la vara siempre debería ser la misma: la actitud de servicio, el respeto a los pobres, la integración de los abandonados a su suerte en todas las banquinas de la existencia, impuestas a puro dolor.
En la comunidad cristiana no hay demasiada diferencia, sólo una variable de perfumes. Los pastores auténticos tienen olor a oveja por involucrarse con su grey hasta los huesos, por dar la vida cotidiana y humildemente por ellos, por ocuparse y preocuparse por lo importante, la salvación de las almas antes que el poder y las instituciones.
Volver a lo sencillo, a la mirada transparente del Evangelio es el llamado de este día.
Paz y Bien
Es por ello que la lectura de este día nos ofrece criterios de discernimiento, aprender a mirar y ver desde la perspectiva de la Buena Noticia. Es claro que se trata de mucho más que un simple tamiz, o unas gafas a través de las cuales se filtra el acontecer diario: encarnar la mirada de Cristo supone, ante todo, convertirse, escuchar la Palabra y ponerla en práctica, tener a Dios por bien supremo. Desde allí todo se mira y vé de otra manera.
Lobos por ovejas siempre hubo, en cada etapa de la historia, aunque quizás en los últimos tiempos adquirieron cierta pátina peligrosamente falaz y seductora de aquellos que gustan consumir slogans y que ceden a otros su mandato de ser sal de la tierra y luz del mundo.
En nombre de la pura praxis se suele dejar la humanidad a un lado. En reverencia a falsos dioses -mercado, poder, ideología- se justifica pobreza y se razona miseria. Enarbolando pretensas banderas morales, se resigna toda perspectiva de compasión, ética sin bondad ni corazón, agresivo escepticismo con pátina de progreso.
Aunque la vara siempre debería ser la misma: la actitud de servicio, el respeto a los pobres, la integración de los abandonados a su suerte en todas las banquinas de la existencia, impuestas a puro dolor.
En la comunidad cristiana no hay demasiada diferencia, sólo una variable de perfumes. Los pastores auténticos tienen olor a oveja por involucrarse con su grey hasta los huesos, por dar la vida cotidiana y humildemente por ellos, por ocuparse y preocuparse por lo importante, la salvación de las almas antes que el poder y las instituciones.
Volver a lo sencillo, a la mirada transparente del Evangelio es el llamado de este día.
Paz y Bien
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