Raíz de toda esperanza




3er Domingo durante el año

Para el día de hoy (24/01/16): 

Evangelio según San Lucas 1, 1-4; 4, 14-21




Todo comienza en Galilea. 
No es solamente una correlación, una secuencia cronológica, sino un cruce de caminos e hito teológico: en la periferia sospechosa, en los extramuros de un mundo que se tiene por bueno y mejor que los otros, comienza a darse vuelta ese mundo, porque las antiguas profecías se concretan, porque Dios se hace presente en la persona de Jesús de Nazareth.

No hay utopías en el sentido estricto del término -u-thopos, no-lugar-. Hay sueños que se hacen realidad, que se hacen historia, tiempo, carne. El ámbito del Shabbat en la sinagoga nos sugiere un entorno solemne y sagrado, más veremos que no se trata de un acartonamiento sumido a las formas, sino del profundo misterio de la eternidad que se involucra directamente en la humanidad, el infinito que viene habitar estos seres mínimos que somos.

Los libros elegidos y desenrollados del profeta Isaías no son elección fortuita: demasiado tiempo el pueblo anduvo por rumbos de sombra, por vías obscuras sin alba cercana.
En Jesús de Nazareth se cumplen todas las promesas, y en su persona hay un presente perpetuo que se extiende a todas las generaciones. La Salvación siempre es hoy, y es justicia, salud, liberación, alegría para los doblegados por los golpes de la existencia, luz para los cegados, esperanza para mi gente, para los tuyos, para todas las naciones.

Se inaugura un año de misericordia en el que no hay lugar para la venganza, sino sólo para la gloria de Dios, que es el bien del hombre, la vida plena.

Nosotros no buscamos respuestas en la Palabra, más bien es la Palabra del Maestro la que nos interpela, la que nos despierta, la que nos vuelve a ubicar en el camino de la felicidad.

Cristo siempre, raíz de toda esperanza.

Paz y Bien

1 comentarios:

Caminar dijo...

Se inaugura un año de misericordia en el que no hay lugar para la venganza, sino sólo para la gloria de Dios, que es el bien del hombre, la vida plena.

Me quedo con esto, Ricardo.
Buen domingo.

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