Asombrosas matemáticas




Para el día de hoy (04/03/14):  
Evangelio según San Marcos 10, 28-31



A continuación de la enseñanza y escena con el joven rico, que se retira preocupado y entristecido, expresa su preocupación Pedro al Maestro, y es también la voz de esa comunidad naciente, como será Pedro la voz que espera esta familia que llamamos Iglesia que hable por todos, especialmente por aquellos que no tienen voz.

Pedro y los discípulos, a la inversa del joven rico, han dejado todo y lo han seguido al Maestro. Trabajo, familia, hogar, una vida apacible, y se han largado a los caminos, a anunciar la Buena Noticia, siempre con Cristo, siempre detrás de Cristo, siempre por Cristo, no por ellos.
Quizás aún su confianza es pequeña y débil, porque la fé y la fidelidad a la vocación implica un gran salto sin red, un navegar en un mar sin orillas visibles. Pero quizás, ellos también esperaban cierta retribución a cambio, un grado de recompensa a sus esfuerzos y sacrificios. Es muy difícil desprenderse de los viejos esquemas, pero es imprescindible para ir hacia adelante, para no quedarse y retroceder.
Todos ellos han sido muy valientes al irse con Jesús de Nazareth, magníficamente locos, pero aún portan ciertos resabios de esa fé retributiva, de esa espiritualidad de trueque, de quid por quo con Dios, y tal vez esperen algo más que bueno por esos esfuerzos.

Pero por un lado les cae un chaparrón de realidad. Su fidelidad les acarreará persecuciones. Aún no comprenden que su desprendimiento -para un mundo egoísta y calculador- es escandalosamente desafiante. Porque la solidaridad y la comunión son, al igual que la cruz, locura y escándalo. Esa persecuciones, con el tiempo, serán signo de la fidelidad de las hermanas y hermanos del Señor.
Por ello cuando todo está en rala y rara calma, es dable y deseable reflexionar si nuestra fidelidad no se ha acomodado a los vaivenes de los tiempos y se ha razonado de tal modo que se morigeran los embates del miedo.

En el tiempo de la Gracia, prima unan ilógica y unas matemáticas asombrosas.
De la más pequeña de las semillas nace el árbol más frondoso que cobija a tantos. Los humildes panes compartidos alimentan a la multitud desfalleciente. Y aquellos que por el Reino han dejado familia y hogar, milagrosamente las han multiplicado, porque donde vayan encontrarán una familia grande y siempre creciente.

Paz y Bien

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