Señales de la Pascua

Para el día de hoy (03/07/13):  

Evangelio según San Juan 20, 24-29

(En el tiempo que transcurre desde la detención de Jesús en el huerto de los Olivos hasta la crucifixión, los discípulos se desbandan, ateridos de temor, acorralados de miedo. Dejaron solo a su Maestro, mientras ellos se ocultaban. Algunos se fueron por las suyas, otros -puro reflejo gregario- se encerraron juntos de manera clandestina por temor a las posibles consecuencias. 

Sin embargo, este estar juntos no es automáticamente signo de comunidad en espera, sino más bien amontonamiento por miedo.

Tomás es el símbolo de aquellos que se apartan de la comunidad de Salvación -la Iglesia- intentando un camino individualista. Por ello es uno de los Doce, singularidad que no admite pertenencia común.

El Resucitado se ha presentado vivo ante los otros, los encerrados por angustia y temor. Ellos tienen la experiencia mayor, la experiencia pascual que es éxodo de la muerte a la vida, éxodo de la tristeza a una nueva esperanza, signo primordial del compromiso de Dios para con la humanidad, señal de rescate definitivo.

Las señales de la Pascua sólo se reciben y comprenden en el seno de la comunidad de fé. Entre hermanos se recibe al Resucitado, entre hermanos la Pascua cobra verdadero sentido.

Por eso mismo se entiende la obstinación de Tomás; como optó por la individualidad, sus ojos y su corazón están vedados, ciegos al testimonio que le brindan sus hermanos. Aún así, es loable su empecinamiento: a pesar de sus errores, está empeñado en redescubrir al Maestro. Tanto es así que seguramente se mantuvo en sus trece durante varios días.

La situación es distinta, pues Tomás está nuevamente dentro del ámbito fraterno de la comunidad eclesial. Por ello mismo los signos corporales del Crucificado devienen en inefables señales de Resurrección y alegría.

Es todo un planteo para nosotros como comunidad de fé. Es imprescindible sincerarnos para saber si somos testigos del Resucitado, si entre nosotros brillan señales pascuales que iluminen a nuestros hermanos perdidos)

Paz y Bien