Hacia la otra orilla de Cristo




Para el día de hoy (01/07/13):  
Evangelio según San Mateo 8, 18-22



(Irse a la otra orilla no significa, necesariamente, ubicarse en veredas enfrentadas. No implica tampoco la literalidad de un cruce físico. No es abandonar lo que disgusta o incomoda.
Irse a la otra orilla con el Maestro es atreverse a embarcarse en estas mínimas naves que somos, mar adentro de la existencia, sabedores que hay nueva tierra y nueva vida por descubrir, que no nos conformamos con estos cementerios, que renegamos del confort y nos rebelamos contra cualquier corrupción.

Irse a la otra orilla es abandonar toda certeza mundana, asumir la pobreza como una hermana dilecta, afirmar los pies y el alma sólo en la Providencia de un Dios que jamás descansa, que no reposa, descubrir a un Cristo que es fuerza, dinamismo, que desoye los llamados a prudencias estériles o temerosas.

Irse a la otra orilla es edificar presente con ansias de futuro, y jamás -jamás- rendirle tributo a la muerte. Seguir los pasos de Jesús de Nazareth es, con cruz y todo, afirmar a cada instante que la vida prevalece.

No se trata de una opción más, pero tampoco hablamos de imposibles. Se trata de no dejarse tentar por lo fácil. Se trata de saber descubrir que siempre hay una Buena Noticia que dar.

Se trata de hacerse Evangelio vivo)

Paz y Bien

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