Para el día de hoy (24/01/12):
Evangelio según San Marcos 3, 31-35
(Hace pocos días querían llevarlo por la fuerza, de regreso a Nazareth; decían que estaba fuera de sí, estaban avergonzados de esas actitudes poco convencionales, ese juntarse a comer con gente extraña y reprobable, esa manera increíble de hablar del Dios de Israel. No respondía a las expectativas que como parientes habían depositado en él, rompía con las tradiciones de sus mayores.
Hoy estaban allí, a la entrada de la casa de Cafarnaúm y lo mandan llamar, invocando su pertenencia familiar, hasta quizás cierta idea de propiedad. De algún modo,entendían que Él les pertenecía sólo a ellos, no a esa multitud de enfermos, excluidos y pobres que no lo dejaban ni comer.
Él entiende lo que sucede -no hay mejor lector de corazones-, y declara que su madre y sus hermanos son aquellos que hacen la voluntad de Dios.
Tu madre y tus hermanos hoy también están allí fuera, inmersos en el mundo, y te buscan sin descanso -algunos sin conocerte-.
Hemos visto a tu madre renegando de cualquier comodidad, sudando a mares al lado de una olla que a menudo consume su salud, ángeles de tu Padre que con muy pocas cosas y un corazón inmenso mantienen a raya la sombra negra del hambre. La vimos callada y con los ojos encendidos, viendo crecer a los hijos, acompañándolos en buenas y malas, protectoras tenaces de la vida que se gesta y de la vida que amanece, para que nadie quede librado a su suerte.
Hemos visto a tus hermanos, humildes trabajadores honrados que nunca se enlodarán con la corrupción; antes bien, muchos de ellos serán víctimas de la misma. Los vimos hambrientos de justicia, arduos de compasión, buscadores incansables de paz y liberación para los demás, hermanas y hermanos tuyos que no se resignan, obcecados en la esperanza, que rinden culto a tu Padre en el servicio a los demás, practicantes eficaces de la liturgia de la sonrisa y la cordialidad que saben compartir su mesa -tu mesa-, mesa grande en la que siempre habrá un lugar, hermanas tuyas que multiplican con vos el pan, hermanos tuyos que salen a diario a pescar la vida con la confianza de que el hoy puede cambiarse, y el mañana puede ser mejor aún.
Abriste tu familia, la hiciste increíblemente grande, árbol frondoso que cobijará a tantos)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario