Para el día de hoy (14/08/13):
Evangelio según San Mateo 18, 15-20
(La Encarnación es esa asombrosa donación absoluta que hace Dios de sí mismo para acampar entre nosotros, despojándose de su divinidad para hacerse gente, para hacerse pueblo, madre, hermano, padre, Jesús de Nazareth, el más humano de todos nosotros.
Por ese misterio insondable e inabarcable, a través de Cristo Dios nos hace hermanas y hermanos, un vínculo filial indisoluble que supera por lejos los márgenes de la biología y crea lazos trascendentes e infinitos. Don y misterio, la fraternidad -cuando se enraiza en las honduras de los corazones- transforma toda existencia.
Así entonces el hermano es más importante que uno mismo, pura superación del yo en éxodo hacia el nosotros. Su alegría nos rejuvenece, sus dolores nos lastiman. Todo lo que le sucede al hermano, por nimio o mínimo que aparezca, se vuelve importantísimo, y ello es vincular y recíproco. Y así crecemos.
Por ello es derecho y deber de hermanos la corrección fraterna, que no es disciplina ni rigorismo, sino pauta cultual de compasión y misericordia. Es totalmente de Cristo salir en busca de la oveja extraviada, y es totalmente nuestro reconvenir al hermano que ha tropezado para que vuelva a ponerse de pié, sin aspavientos ni escándalos torpes, en el cuidado y la gentileza que surgen de la caridad.
A veces la ausencia es tal que no basta una simple presencia, y por ello irán dos o más hermanos al rescate. Porque el perdón es tarea exclusiva de la comunidad, es decir, de esta familia creciente.
El perdón libera y restaura, el perdón es cosa de hermanos.
Y aún cuando toda la familia, en su afan de cobijo, no sea escuchada, al hermano que se ha perdido no se le repudia. Como los paganos o los publicanos de los tiempos de la predicación del Maestro, han de tener un lugar preferencial aguardándolos en la mesa inmensa de Jesús de Nazareth. Siempre se está a tiempo de volver, a pesar de todas las distancias y las brechas que provocan los pecados.
Todo es posible porque nos hiciste hermanos, y porque estás vivo y presente en medio nuestro)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario