Para el día de hoy (01/08/13):
Evangelio según San Mateo 13, 47-53
(Seguramente, muchos de los oyentes del Maestro escuchaban sus parábolas con gran satisfacción. Muchos de ellos eran pescadores del mar de Galilea -entre ellos, varios de los apóstoles-.Ellos conocían bien el esfuerzo diario de echar las redes al mar, dependientes de las mareas y de la fuerza de sus brazos; esas redes eran tejidas por ellos mismos con cáñamo, y prácticamente todos los días debían de repararse con esmero, pues los trajines de la pesca le provocaban desgarros. También sabían que las redes arrojadas recogían todo tipos de peces, comestibles o nó, útiles para alimentarse y para el sustento familiar, el que dependía del producto de la venta de esa pesca.
Pero ellos era pescadores y, además, judíos: algunos de los frutos de mar eran considerados impuros por las férreas normas religiosas de la época, lo que los volvía completamente intocables y deshechables.
Pero el oficio de estos hombres curtidos es un oficio nuevo, y en la sintonía del Reino se han vuelto pescadores de hombres. De la mano de Jesús han santificado lo que saben y conocen, y a partir de ahora redescubren que el mar no les pertenece, y que sólo el Dueño del mar es capaz de conocer la naturaleza oculta y las bondades de todos y cada uno de los peces.
Ellos son pescadores con redes, y su tarea es mantener a todos los peces con vida: para ellos no hay peces malos, sólo buenos peces a rescatar de la inmensidad del mar. La clasificación es cosa de ángeles, es decir, de Dios, y este Dios es misericordia más que precisión y exactitud discriminatoria.
Al igual que los escribas fieles, ellos ven bondades, aún a riesgo de ingenuidad posible. Y en esta casa grande que llamamos Iglesia nada se desecha, porque hay cosas buenas, valiosas y santas en el pasado y en el presente que sustentarán todo futuro.
Ellas son cuestiones primeras de hogar, pues en todo lo que traemos a través de la historia -la tradición- puede encontrarse el paso bondadoso y liberador del Dios de nuestros padres, de Jesús de Nazareth, de todos nosotros)
Paz y Bien
0 comentarios:
Publicar un comentario