Para el día de hoy (05/04/13):
Evangelio según San Juan 21, 1-14
(Pedro y sus compañeros regresaron a Galilea, y era mucho más que un desplazamiento geográfico. Eran sus almas agobiadas por el fracaso, por el miedo y la muerte que migraban al pasado conocido, que regresaban a lo previo, a pesar de haber caminado tres años junto al Maestro. Es tristemente usual cada regreso a lo viejo -profusa negación del presente y desecho de cualquier futuro- en donde hay una cómoda resignación, en lo personal, en lo comunitario, en la Iglesia.
Jesús los había moldeado como pescadores de hombres, pero no soportan la carga y regresan a ser pescadores de peces.
Empeñados en el viejo oficio, se aventuran mar adentro. Sin embargo, regresan cargados de frustraciones más no de peces; es de noche, está oscuro como oscuro está su horizonte, como opaca está su esperanza.
Son pescadores expertos, hacen lo que saben bien y no obstante ello, su esfuerzo es sudor estéril, tiempo perdido.
Con todo y a pesar de todo, en la orilla de sus existencias -como pidiendo permiso- está Jesús de Nazareth. Ellos se ha ido al pasado, y Él ha salido de nuevo en su búsqueda, sin recriminaciones ni exigencias.
Sus vidas se han convertido en sacos vacíos, por ello nada tienen que compartir; pero Jesús es presencia fructífera, y ahora sí, la quilla cruje su queja, las redes desbordan de peces sin romperse. La barca es la Iglesia, que a pesar de sus quebrantos inútiles por lo que ya no es, por sus regresos al olvido, sigue teniendo al Maestro en sus orillas, y sus redes son -a veces a su pesar- recintos inmensos que no se rompen, para que cientos de millares de peces diversos permanezcan con vida.
En nuestras orillas está Jesús, esperándonos con la mesa pronta, el Resucitado que aún después de la cruz y la muerte no descansa, nos busca, nos hace regresar de nuestros pasados para que seamos frutales, para no sumergirnos en la noche del esfuerzo vano y el sinsentido, con pan compartido -Él mismo- y existencias puestas en común)
Paz y Bien
2 comentarios:
Ricardo hermano, tarde pero todavía en la octava: FELICES PASCUAS DE RESURRECCION!!!
Que el Buen Dios te acompañe siempre y a tu familia la llene de presencia, un saludo fraterno.
Un abrazo amigo.
Claudio
Yo también demorado, Claudio, pero presente en mi pobre oración.
Un abrazo grande en el Resucitado, hermanito
Paz y Bien
Ricardo
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