Para el día de hoy (09/04/09):
Evangelio según San Juan, 13, 1-15
(Él nos amó hasta el fin.
Jesús no se deja arrastrar por los terribles sucesos que se van encadenando y que desembocarán en su Pasión y Muerte.
Nada de eso.
Voluntariamente se prepara y prepara a los suyos para su entrega total, sin medida.
Nos enseña la Palabra que el Señor, "...se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla, se la ató a la cintura..."
EL Todopoderoso se hace el último de los servidores y lava los pies de sus amigos... Incluso los pies de quien lo traiciona, de quien lo niega, de quien se esconderá temeroso.
La Pasión se renueva hoy.
Será cuestión de animarnos a quitarnos el manto del egoísmo que nos cubre y nos aísla convenientemente del hermano.
Será cuestión de atarnos a la cintura una toalla, para secar los pies que debemos lavar a los hermanos.
Porque aunque resulte tontamente obvio, para lavar los pies de alguien hay que ponerse de rodillas...
La Eucaristía, milagro de ternura y amor de un Dios que se queda con nosotros presente realmente en el pan y el vino, no debe quedarse en un rito litúrgico vacío de corazón, ni tampoco en un consumir un Cuerpo sagrado.
Quiera el Espíritu de Dios iluminarnos para que la Eucaristía sea verdaderamente para nosotros una consumación de comunión con los hermanos, que se convierta en sacramento de servicio y entrega desinteresada al otro y, especialmente, en darnos sin mirar las torpes etiquetas que solemos poner al hermano, tan hijo de Dios como nosotros, tan heredero del Reino como nosotros.)
Paz y Bien
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