La viuda tenaz



Para el día de hoy (14/11/15): 

Evangelio según San Lucas 18, 1-8




La literalidad no es sana, ni es fiel a la Palabra. Es menester sumergirse en las honduras de ese Dios que nos habla hoy, y no quedarnos en la superficie de la pura letra.

Así el juez injusto de la parábola nada tiene que ver con el Dios Padre de Jesús de Nazareth: por el contrario, representa a todos los poderosos de este mundo que no les importa Dios ni mucho menos las personas, opresores fatales por omisión y por corrupción.

La viuda que reclama, en cambio, simboliza a los pobres, a los pequeños, a los indefensos, a los que nadie escucha. Como mujer, en la escala social de su tiempo está muy por debajo del varón, y carece de derechos. Por ser viuda, no tiene un esposo que la defienda, y por ello está a la deriva de cualquier aprovechador o acaso de algunos que usufructúan la Ley en beneficio propio.

Pero esa viuda es tenaz, y su tenacidad marca la diferencia. Anawin del Señor, jamás se resigna ni baja los brazos aún cuando todo diga lo contrario, aún cuando todo señale que vá a seguir igual, sin cambios, la contundencia abrumadora de los imposibles que se aceptan.

Ella es la imagen de los creyentes añorada por Cristo: aquellos que confían y esperan en Dios con confianza inquebrantable, y que a su vez se obstinan, invencibles, en su hambre perpetuo de justicia.
Oración y justicia son las flores mejores del Reino.

Es dable señalar también que el juez injusto fallará a favor de la viuda no tanto por el cansancio que le provoque la súplica constante de la mujer, sino porque su tenacidad incansable lo pone en evidencia.
La búsqueda de justicia desenmascara a los opresores, a los corruptos, a los indiferentes. Es un bofetón espiritual a sus conciencias anquilosadas.

Dios siempre escucha con amorosa paciencia de Padre y no permanece indiferente a las súplicas de justicia que se elevan desde los corazones firmes en la fé.

Paz y Bien


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