Rosario de esperanza





Nuestra Señora del Rosario

Para el día de hoy (07/10/14) 

Evangelio según San Lucas 10, 38-42



En el tempo monocromático e inhumano de una rutinaria cotidianeidad que se nos acostumbra a lo que perece, a lo que está mal, a todas las injusticias y resignaciones, el Santo Rosario irrumpe santamente humilde, con la cadencia inexplicable y asombrosa de los amores, con el perfume perdurable de los afectos que se enraizan en el infinito.

El Santo Rosario es corona de flores, rosas de martirio, vidas ofrecidas sin condiciones, pueblo que reza para seguir vivos nomás.
Salterio de los pobres que es aferrado con silenciosa pasión por los pequeños, por los anawin del Señor, esos mismos que no cuentan para nadie pero que son imprescindibles, que sostienen con su oración a toda la casa grande que llamamos Iglesia.

En cada cuenta se nos desgranan pacientemente los eslabones de la muerte que a diario nos sumergen en tantas sombras. En su santa sintonía, se nos vuelve a encender en la otra mirada el misterio de la Encarnación, de Dios con nosotros, de la eternidad en el aquí y el ahora.

Porque cuando decimos Rosario decimos María de Nazareth, y por eso decimos esperanza, decimos Madre de Dios, decimos mamá, hermana, amiga, compañera de caminos, decimos ternura amplísima, decimos que, con todo y a pesar de todo y todos, seguimos confiando, seguimos esperando, seguimos en pié porque nos atrevimos a poner el corazón de rodillas y nuestras manos prestas al servicio de los hermanos.

Paz y Bien

4 comentarios:

Caminar dijo...

Muy bello. Gracias. y lo que no se sabe decir ¿verdad?
Un abrazo.
Feliz y santo día de la Virgen del Rosario

pensamiento dijo...

"Que María nos ayude a acoger en nosotros la gracia que procede de los misterios del
Rosario para que, a través de nosotros, pueda difundirse en la sociedad, a partir de las
relaciones diarias, y purificarla de las numerosas fuerzas negativas, abriéndola a la novedad de
Dios". Gracias, Feliz día.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Sin dudas, Caminar! Lo que no se sabe decir, o mejor aún, lo que no se puede decir de tan enorme e inefable, ha de ser lo que nos crece en silencio, perceptible en esas honduras de nuestro ser en donde el Espíritu nos habla. Y reemprender así el regreso a la casa de la escucha atenta, Casa del Padre.

Un gran abrazo para tí también, y muchas felicidades en el Día de María del Rosario.

Paz y Bien

Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, Pensamiento! He recitado -con mis laicas torpezas del caso- algo bellamente similar en el oficio de Laudes de hoy. Y por ello me sumo al deseo y la necesidad de purificarnos de lo que nos muere, abriendo las puertas a la Gracia de Dios. Es decir, volvernos cada día más marianos y más rosarinos.

Un fraternal saludo agradecido

Paz y Bien

Ricardo

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