Para el día de hoy (11/05/09):
Evangelio según San Juan, 14, 21-26
(No estamos solos, no tiene poder sobre nosotros la soledad.
Los primeros discípulos lo conocieron físicamente a Jesús, Él andaba con ellos, comía con ellos, convivía con ellos.
Pero llegó el momento de su Pasión, su paso, su partida...
Cundía entre sus amigos una gran tristeza, como nos sucede a nosotros cuando perdemos a alguien.
Y el Señor no es indiferente a este dolor: ellos no quedarán heridos de orfandad, les deja su Espíritu para que los consuele y les dé Vida, para que aprendan y nunca olviden, para que no escasee el valor...
Nosotros tenemos la increíble fortuna de que el Maestro no vá junto a nosotros: vá en nosotros, lo llevamos dentro.
El Dios del Universo, inabarcable e infinito, por amor al hombre ha descendido de las alturas por su increíble amor paternal y maternal para con el hombre.
Se ha hecho un frágil Niño en brazos de su Madre.
Se ha hecho alimento -pan y vino-
Se hace habitante de nuestro interior, mora en nosotros que somos mínimos seres.
¿Tiene acaso Dios preferencias hacia nosotros? ¿Porqué en nosotros? ¿Acaso el Altísimo hace distinción de personas?
El Maestro nos responde con sencillez y sin dejar lugar a dudas: la única preferencia, la verdadera medida de todas las cosas es el Amor.
La medida del amor que profesemos a Dios estará dada en el amor al prójimo/próximo, lejano y cercano, en especial a aquél que está en peligro, que sufre, el pobre, el oprimido...
Amén)
Paz y Bien
Preferencias
Contenidos:
Evangelio para cada día
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
A veces me pregunto sí no tenemos nosotros a JESÚS más cerca y más al descubierto, por nuestros conocimientos, que los de aquel tiempo, incluso sus discípulos.
Ellos tuvieron que pasar por unas pruebas muy difíciles y sólo creyeron cuando vieron y comprendieron. Nosotros, tenemos sus testimonios y la Palabra del SEÑOR, transmitida por ellos. Y nos dicen que JESÚS está con nosotros en cada Eucaristía, porque ÉL mísmo lo ha dicho y prometido.
No lo sé, pero al menos lo tenemos tan cerca como ellos. La excusa para no creer, nuestra resistencia a morir a nosotros.
Tenemos el mismo día de nacimiento. Una gran coincidencia. Yo, al parecer, le oía a mi madre que nací sobre las primeras horas de la madrugada de aquel día de noviembre, hace ahora 63 años. Espero, cuando esté al lado del SEÑOR, si su Misericordia así lo permite, rezar por ti y tu familia, porque por mi edad es lógico pensar que iré yo primero. Te contaré las maravillas que es estar junto al PADRE, a JESÚS y al ESPÍRITU SANTO.Quizás me permitan escribir desde allá, ¿no crees?
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Hermano, el Señor en su Infinita Misericordia sabrá guiar nuestros pasos, y el resto queda en nosotros. Como Él quiere sólo nuestro bien, todo lo que venga y como venga ha de ser bueno. Dios te bendiga, ilumine y proteja. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Publicar un comentario