Para el día de hoy (05/05/09):
Evangelio según San Juan, 10, 22-30
(Jesús es agresivamente interpelado: le exigen que se defina, que dé pruebas fehacientes de que Él es el Mesías.
Aunque son preguntas falaces. Porque en su corazón ya lo habían rechazado y porque querían una respuesta que se ajustara a criterios preestablecidos, estructurados.
Pero el Maestro sabe lo que crece en cada alma; sabe que para quien se ha cerrado en la soberbia de los propios argumentos, no hay prueba que valga, no hay señal que conduzca a ningún lado, no hay voz que se escuche.
En cambio, la mujer y el hombre de fé -sus ovejas- tienen la apertura hacia Dios y hacia a la verdad. Es un salto de fé, que lleva a reconocer al Señor y Salvador.
Y Jesús no se queda allí.
Porque ese reconocimiento -lo conocemos y Él nos conoce a cada uno de nosotros por nuestros nombres y tal cual somos- tiene una consecuencia definitiva: la Vida eterna.
Escuchar al Maestro y seguir sus pasos es participar de la misma comunión indivisible que Él tiene con el Padre.
Nada ni nadie puede arrebatarnos de sus manos )
Paz y Bien
LAS LÁGRIMAS DE JESÚS
Hace 3 horas.
0 comentarios:
Publicar un comentario