24 de mayo - María Auxiliadora de los Cristianos -
Ella
que enamoró al Dios del universo en su pequeñez
que diciendo Sí cambió la historia
que estuvo siempre con el Señor,
amamantándolo,
acunándolo en sus brazos de Madre,
en la pequeña Nazareth de Judá
y en el espanto del exilio egipcio,
en la angustia del Hijo extraviado en el Templo
en el misterio del vino nuevo de Caná
y al pié de la Cruz
donde nos fué dada
por un Dios aniquilado
agonizante en el misterio del dolor y la soledad
que se despojó de todo, hasta de su propia Madre
por todos y cada uno de nosotros
y que pide en silencio venir a nuestra casa
Ella es nuestro auxilio
-Don Bosco lo sabía bien-
ayer, hoy y siempre,
caminando con nosotros
buscando el vino nuevo
que recupera la alegría de los hermanos agobiados
que nos recuerda hacer lo que Jesús nos dice
que permanece de pié, a nuestro lado
aún cuando sus ojos
estén arrasados de lágrimas
por sus hijos más pequeños extraviados
Ella, tierra sin mal
en donde germinó la semilla de la Salvación
nos auxilia para no aflojar
y transformar nuestros días yertos
en donde germine frondosa la Palabra de Dios
dando frutos abundantes.
Ella es nuestra esperanza
de que este mundo -tan del César
y tan poco de Dios-
sea santo,
luminoso en la paz,
manso en la justicia
y frondoso en la solidaridad.
Amén
Ricardo
Paz y Bien
que enamoró al Dios del universo en su pequeñez
que diciendo Sí cambió la historia
que estuvo siempre con el Señor,
amamantándolo,
acunándolo en sus brazos de Madre,
en la pequeña Nazareth de Judá
y en el espanto del exilio egipcio,
en la angustia del Hijo extraviado en el Templo
en el misterio del vino nuevo de Caná
y al pié de la Cruz
donde nos fué dada
por un Dios aniquilado
agonizante en el misterio del dolor y la soledad
que se despojó de todo, hasta de su propia Madre
por todos y cada uno de nosotros
y que pide en silencio venir a nuestra casa
Ella es nuestro auxilio
-Don Bosco lo sabía bien-
ayer, hoy y siempre,
caminando con nosotros
buscando el vino nuevo
que recupera la alegría de los hermanos agobiados
que nos recuerda hacer lo que Jesús nos dice
que permanece de pié, a nuestro lado
aún cuando sus ojos
estén arrasados de lágrimas
por sus hijos más pequeños extraviados
Ella, tierra sin mal
en donde germinó la semilla de la Salvación
nos auxilia para no aflojar
y transformar nuestros días yertos
en donde germine frondosa la Palabra de Dios
dando frutos abundantes.
Ella es nuestra esperanza
de que este mundo -tan del César
y tan poco de Dios-
sea santo,
luminoso en la paz,
manso en la justicia
y frondoso en la solidaridad.
Amén
Ricardo
Paz y Bien
6 comentarios:
Y que fácil parece decir "SÍ". Al menos yo no logro encontrar la grandeza y el mérito que, dada nuestra libertad, tiene la respuesta comprometida, gozosa y aceptada humildemente de responder a la Voluntad del Creador.
"Sí" significó cambiar toda su vida; "SÍ" significó aceptar los Planes de DIOS, y dejar los suyos al margen, enterrados. "SÍ" significó enfrentarse al que dirán, a la vergüenza, al repudio, y a una vida de Cruz hasta su muerte.
Elevo oraciones al SEÑOR para que nos infunda, por intersección de María, la Gracia de saber reponder como ella.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
¡Ella es nuestra Madre y nuestra Esperanza para este mundo! Amén.
Eligelavida, Salvador, que Dios los bendiga y los colme de alegría y paz, y que nuestra Madre los ampare siempre. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
“La Virgen Auxiliadora me prometió que entrarán conmigo al cielo millares y millares de jóvenes” (DON BOSCO)
María, Mamá de Jesús, Auxiliadora de l@s jóvenes:
“Grave es la situación en que se encuentran tantos jóvenes en muchas partes del mundo: jóvenes en peligro y marginados. Son muchos, son demasiados. Son un grito desoído. Son un peso en la conciencia de la sociedad que está tratando de globalizar la economía, pero no el compromiso por el desarrollo de los pueblos y la promoción de la dignidad de todo hombre” (P. Pascual Chávez, Rector Mayor de los Salesianos)
Hoy, como en tiempos de Don Bosco, el grito desoído de estos jóvenes crucificados llega hasta el cielo, traspasando otra vez tu corazón de Madre como una espada (Lc 2, 35). Tu corazón lleno de Amor, Mamá, lleno del Dios que ama la vida…
Madre y Auxilio de los chicos “de la calle y las bandas organizadas”…
Madre y Auxilio de los chicos “soldados”…
Madre y Auxilio de los chicos “violados”…
Madre y Auxilio de los chicos “trabajadores y esclavos”…
Madre y Auxilio de los chicos “nadie”…
Madre y Auxilio de los chicos “encarcelados”…
Madre y Auxilio de los chicos “donantes forzados de órganos y los mutilados”…
Madre y Auxilio de los chicos “pobres y marginados”…
Madre y Auxilio de los chicos “de las alcantarillas y los vagantes”…
Madre y Auxilio de los chicos “enfermos”…
Madre y Auxilio de los chicos “refugiados y huérfanos”…
Madre y Auxilio de los chicos…
Madre y Auxilio de cada uno de nosotros, que pasamos al lado de ellos y vemos sin mirar; que cruzamos de vereda cuando un pibe que se nos antoja sospechoso viene muy cerca; que nos quejamos, nos indignamos o nos conmovemos como espectadores de la realidad a través de una pantalla de televisión sin comprometernos. María Auxiliadora, rogá por nosotros pecadores, sí, pero hijos tuyos…
Don Bosco, un hombre apenas, dio su vida por estos jóvenes. Escuchó ese grito y los buscó en las cárceles, entre albañiles, en las calles de Turín… y en todo el mundo por medio de sus misioneros salesianos. Ellos, como su padre, buscaron la “salvación de las almas” (la esencia, lo bueno, lo santo de cada joven), y “dejaron lo demás” (lo exterior, la coraza, la apariencia). Don Bosco pudo y al final de sus días reveló su secreto: “Ella lo hizo todo”.
Hoy queremos ayudarte, Mamá, convirtiéndonos como Don Bosco y Madre Mazzarello, en un pedacito de tu Manto en la vida de nuestros hermanos, tus hijos e hijas jóvenes crucificados: reuniendo, abrazando, cuidando, auxiliando, como vos nos cubrís a nosotros, también necesitados de tu protección y calor maternal…
“El cielo se hace todos los días” decía Don Bosco. Enseñanos, Auxiliadora, como le enseñaste a él, a construir un nuevo cielo, en el que entremos juntos, con Don Bosco y Madre Mazzarello, “millares y millares de jóvenes”…
AMEN
Augusto
Augusto, hermano, Dios acreciente y sostenga la profunda espiritualidad que tenés; a ese Dios padre y madre a la vez, y a vos mismo, doy gracias por este valiosísimo testimonio, al que sólo cabe responder con un AMEN gigante y con varios ALELUYAS. Y si estás de acuerdo, hacemos otro post. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
PD: te recomiendo escuchar la canción que posteé de Ella, se llama Salve,Madre de Dios!. Mi gente le tiene un especial afecto, y refleja en parte lo que expresás de manera espléndida. Y vale la pena aprenderla para cantarle.
Hermano Ricardo. Por supuesto estoy de acuerdo con hacer otro post, como te decía la vez anterior, es solo lo que queda resonando en mí después de leer algo o rezar con la Palabra. Buenísimo si sirve para que otros sigan rumiando… Esta oración surgió de haber leído la consigna que el año pasado, el P. Pascual Chávez (8vo sucesor de Don Bosco) dejó a la familia salesiana.
Gracias por lo que me decís en cuanto a mi “espiritualidad”, pero de verdad no escribo como quien tiene a Dios, sino como alguien que se sabe necesitado de Él. A veces mis oraciones son un grito de “ayuda” al cielo, porque se que mi vida no habla muchas veces de lo que realmente creo, de todo lo que podría dar y no doy. Pero en mi terquedad sigo rezando, y en este caso para que la Auxiliadora me ayude a vivir cada día un poco más coherentemente con aquello que “creo-amo-espero”.
Gracias también por todo lo que posteás cada día, me ayuda a rezar, a rumiar, a pensar y me anima a seguir. Es lindo saber que somos muchos lo que soñamos lo mismo…
La canción la escuché, y me sorprende mucho, porque como vos decís refleja lo que intenté expresar. Será que estamos en la misma sintonía (o en comunión…)
Te dejo un gran abrazo en Tata Dios, Tata de todos!
Augusto.
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