Para el día de hoy (20/05/15):
Evangelio según San Juan 17, 1b. 11b-19
El Maestro partirá, y los discípulos serán su presencia y su ministerio en el mundo, otros Cristos para la salvación de la humanidad.
Ellos se quedan en el mundo sin ser del mundo, sin pertenecer al mundo. Más aún, estarán enfrentados al mundo: serán una presencia perturbadora y extraña, que todo lo cuestionará desde la mansedumbre y la humildad, pero el conflicto será inevitable.
Ellos no olvidarán nunca ese mandato de ser sal de la tierra, de ser fermento en la masa, de ser luz del mundo. Precisamente por esa cuestión de luz, previamente a cualquier transformación, pondrán en evidencia a todas las tinieblas. La sola presencia de la luz conmociona a la oscuridad que se afincado en ámbitos de los que, a la vez, se ha apropiado.
Pues del mundo es el dominio sobre los demás, el egoísmo en sus múltiples formas, el poder corruptor del dinero, la explotación, la injusticia, el ponerle precio a todo, el deificar lo que no es santo. Santo es Dios, y desde esa santidad que es savia vital, los discípulos pondrán en entredicho a ese mundo pues todas sus acciones se fundamentan en el servicio incondicional y en la gratuidad de un Dios que los amó primero.
Así, la salvación y la condenación acontecen en lo cotidiano.
Y la presencia plena del Resucitado por el Espíritu que fundamenta y alienta a los suyos será causa de alegría plena, de felicidad. A pesar de los conflictos que puedan suscitarse, la comunidad cristiana se distinguirá por florecer a diario en una alegría que ni los horrores ni la muerte podrán hacer retroceder, porque Dios vive en medio de los suyos.
Paz y Bien
1 comentarios:
La lógica mundana nos empuja hacia el éxito, el dominio, el dinero; la lógica de Dios, hacia la humildad, el servicio y el amor.
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