Recién ha acontecido un milagro.
Un pastor y hermano nuestro, Oscar Arnulfo Romero, reconocido por la comunidad cristiana como obispo y mártir, ha sido proclamado Beato, modelo de vida cristiana para ser recordado e imitado.
Vivió las virtudes cristianas en grado heroico.
Buen Pastor que dá la vida por su rebaño, el amor mayor. Buen Pastor con un persistente aroma a ovejas.
Muchos lo venerábamos en el altar primero del corazón. Pero es una ofrenda grande que la Iglesia universal lo reconozca. A pesar de todo el dolor y de todos los horrores, la sangre de los mártires fecunda y florece el árbol de la Iglesia.
Padre de los pobres, mensajero de paz y justicia, Romero de El Salvador y de América, con temor y temblor ante la certeza de la bendición de Dios, nos aferramos a tu voz clara que no se apaga, que sigue siendo fuerte y veraz.
Hay quienes, aunque mueran, no se van del todo. Permanecen para siempre, viven con Dios y en el afecto de su pueblo.
Dios bendice a nuestra hermana El Salvador, a toda Latinoamérica, a toda la Iglesia.
Gloria a Dios.
Paz y Bien
Ricardo
1 comentarios:
Muchísimas felicidades por este regalo que Dios ha hecho a su Iglesia universal con la beatificación de este Pastor bueno que supo dar la vida por sus ovejas a ejemplo de Cristo el Señor.
Un abrazo.
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