Para el día de hoy (02/12/14)
Evangelio según San Lucas 10, 21-24
Jesús de Nazareth se estremece y alaba al Dios del universo al darse cuenta que ese Dios se revela en todo su esplendor no en los eruditos, en los pretendidamente sabios, en los notables, sino en los pequeños, y con ellos se identifica.
Hemos de señalar que aquí los pequeños no son los niños, si bien tienen la bondad de Dios en ellos. La contraposición no es adulto/pequeño o niño, sino más bien sabios/pequeños. Así entonces los pequeños son los que carecen de notoriedad, de habilidades dialécticas, de formación religiosa, y que quizás no se expresen con facilidad, esos mismos que sólo tienen su humanidad, en sencillez y en humildad.
En esa sencillez y en esa humildad acontece el encuentro cierto y profundo con el Dios de la Vida que se hace como ellos, se hace hombre, se hace historia, se hace tan pequeño como un Niño en brazos de su Madre.
Adviento no es solamente una fracción de calendario litúrgico.
Adviento es un regalo insondable para recuperar la senda perdida de la alegría desde la humildad y la sencillez, misterio de bondad y de esperanza para el reencuentro con Dios que revela su rostro afable y generoso, de Padre y Madre que ama a todas sus hijas e hijos.
Paz y Bien
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