Para el día de hoy (29/06/12):
Evangelio según San Mateo 16, 13-19
(Términos y palabras con las que los demás nos designan son cruciales a la hora de conocernos y de reconocer al otro.
Esas designaciones, inevitablemente, nos comprometen. Nadie está exento, y no hay términos inocuos: si reconociéramos lo fundamental de la Palabra y de las palabras, descubriríamos que en cada cosa que decimos, en cada cosa que escribimos y en todo lo que callamos nos jugamos las vida, porque allí se decide nuestra existencia.
Así como las gentes de aquel entonces, nombramos y reconocemos a Jesús de Nazareth como un profeta, como un personaje clave de la historia, como un revolucionario, como un Dios inaccesible, o bien atrevernos como Pedro a nombrarlo Hijo de Dios vivo.
No es una definición neutra, es raigal, y a partir de allí se edifica esta comunidad familia que llamamos Iglesia, con un Pedro que ansiamos confiese a ese Cristo servidor de todos, compañero de camino, que regala salvación y liberación universales.)
Paz y Bien
Esas designaciones, inevitablemente, nos comprometen. Nadie está exento, y no hay términos inocuos: si reconociéramos lo fundamental de la Palabra y de las palabras, descubriríamos que en cada cosa que decimos, en cada cosa que escribimos y en todo lo que callamos nos jugamos las vida, porque allí se decide nuestra existencia.
Así como las gentes de aquel entonces, nombramos y reconocemos a Jesús de Nazareth como un profeta, como un personaje clave de la historia, como un revolucionario, como un Dios inaccesible, o bien atrevernos como Pedro a nombrarlo Hijo de Dios vivo.
No es una definición neutra, es raigal, y a partir de allí se edifica esta comunidad familia que llamamos Iglesia, con un Pedro que ansiamos confiese a ese Cristo servidor de todos, compañero de camino, que regala salvación y liberación universales.)
Paz y Bien
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