Para el día de hoy (02/06/12):
Evangelio según San Marcos 11, 27-33
(El Maestro hablaba y actuaba con una autoridad que asombraba al pueblo y enfurecía a los poderosos. Unos y otros advertían que su alma era tan libre, erguida e incoercible que esa libertad no era una cuestión accidental.
Unos intuían que detrás de esas palabras y gestos estaba el Dios del Universo, y a ese hombre era menester escuchar.
Otros veían esa libertad como una amenaza a su poder que debía ser eliminada.
Ellos tampoco aceptaron en su momento la voz vibrante de libertad del Bautista. Los profetas suelen ser peligrosos y molestos para los poderosos.
Quizás nos esté faltando esa capacidad de escucha atenta -eso que llamamos obediencia-, de volver a descubrir la Palabra viva y libre de Jesús de Nazareth para que nos purifique los atrios de estos templos vivos que somos, que nos derribe todas esos intentos de traficar con la maravillosa Gracia eterna e incondicional.
Y a la vez, volver a prestar atención a tantas mujeres y hombres plenos de libertad, con una autoridad que a menudo no quisieran tener, mujeres y hombres de Dios que están por todas partes y no necesariamente en los sitios que solemos presuponer, profetas de nuestros barrios, voces libres que nos renuevan desde el Espíritu nuestra cotidianeidad)
Paz y Bien
1 comentarios:
Tiene usted razón en su reflexión, que el Señor nos enseñe a escuchar, a aquellos homres y mujeres que son amigos de Dios, gracias un gran saludo.
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