Para el día de hoy (16/12/09):
Evangelio según San Lucas 7, 19-23
(Juan se encontraba preso en las mazmorras herodianas.
La Palabra de Dios había descendido sobre él en el desierto, y desde allí lanzaba su llamado a la conversión.
Él sabe bien que alguien vá a venir, y sabe a través de sus propios discípulos de la fama de Jesús.
Posiblemente escapaba a su razonamiento la imagen que tenía del Mesías justiciero y vnegador de su pueblo en contraste con lo que vislumbraba de Jesús. Por ello envía a dos discípulos suyos a preguntarle si era Él, Jesús, el que había de venir o debían esperar a otro.
Maravilloso Juan: sujeto por los grilletes de Herodes, con un destino casi inequívoco y a pesar de las dudas de su razón, confía en Jesús y de allí la pregunta que transmiten los suyos.
Y el Maestro con una gran delicadeza le envía la contestación a Juan: no lo adoctrina, no lo reprende.
Lo proclama bienaventurado pues no se escandaliza de Él, y más: los discípulos tienen instrucciones precisas de informar al Bautista que han visto al Señor curando enfermos, haciendo oír a los sordos, recuperando la vista de los ciegos y anunciando la Buena Noticia a los pobres.
-y es un detonante de oración y contemplación el imaginarnos, en la oscuridad de su celda, la alegría de Juan, cómo se ensancha su pecho...-
Sin embargo, la respuesta de Jesús no está acotada a la pregunta del Bautista, sino que es Palabra para todos nosotros.
El Reino de Dios se manifiesta por una lógica que no es la del mundo, y que es incluso mayor que la heroica entereza de Juan: Dios se mueve siempre primero y es ante todo misericordia que busca sin descanso el bien de todas sus hijas e hijos.
-Vayan a contar lo que han visto- es mandato para nosotros también: el Reino se manifiesta a través del testimonio, de la cura de toda dolencia, de la reparación del mal causado por la injusticia, de la prioridad de los pobres en el anuncio de la Buena Noticia del Dios que viene y se hace un Niño, un Niño que es nuestra liberación y que nos hace levantar la cabeza para poder mirar a los ojos y sin miedo a nuestro Padre.)
Paz y Bien
Vayan a contar lo que han visto
Contenidos:
Adviento 2009,
Evangelio para cada día
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2 comentarios:
Una actitud en JESÚS es la forma de responder llena de paciencia y de amor. No reprende sino que propone y muestra lo que ocurre, porque sabe que eso es lo que todos deseamos.
Es esperanzador como nos enseña que el amor no puede existir si no hay compromiso. Amar es comprometerse y observamos que si hay poco compromiso, hay poco amor. Por eso, envía a Juan la prueba del único y verdadero amor encarnado en la vida: los ciegos ven, los cojos andan, los...
Si verdaderamente amamos al PADRE lo demostraremos en el amor a los hombres. Si no ocurre así, no hay verdadero amor.
Un abrazo en XTO.JESÚS y feliz Adviento para toda la familia.
Nada más cierto, hermano: los hechos son los signos concretos de la caridad, que requiere ser practicada antes que declamada.
Feliz y esperanzado Adviento para tí y para todos los tuyos.
Un abrazo en el Cristo que viene y en María, Madre de todos.
Paz y Bien
Ricardo
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