Dios se ha acordado

Para el día de hoy (19/12/09):
Evangelio según San Lucas 1, 5-25

(Dios se ha acordado, tal es el significado en su raíz hebrea del nombre Zacarías.

Aquellos sucesos admirables que llamamos milagros -que son la intervención expresa de Dios en la historia de la humanidad- y que descubrimos en la Palabra no son hechos abstractos, generalidades, meras entelequias: Dios interviene e irrumpe maravillosamente en la vida de mujeres y hombres concretos, en situaciones concretas, en tiempos específicos del acontecer humano.
Tal es el caso del Evangelio para el día de hoy.

Sucedió en los tiempos del reinado de Herodes en Judea.
Zacarías era sacerdote del grupo de Abías en el santuario.
Su esposa, Isabel, era descendiente de Aarón.

Pero los hechos concretos de las personas cobran un nuevo significado, infinitamente más amplio y pleno de signos y símbolos cuando Dios interviene en sus vidas.
Zacarías significa Dios se ha acordado.
Isabel -en la misma raíz hebrea- significa Dios ha ayudado.
Y el nombre del Mensajero que los visitará -Gabriel- significa Fuerza de Dios.

Nos cuenta la Palabra que ambos, Zacarías e Isabel, eran justos y sin tacha, es decir, fieles a las antiguas promesas hechas al pueblo de Israel; y a la vez, que no tenían hijos debido a la esterilidad de Isabel y a la vejez de ambos.
Sin embargo, ellos permanecían fieles en la esperanza sustentada en la oración.

Y ese Dios que escucha todas las plegarias, envía a su Mensajero.
Era un momento espiritual: Zacarías incensando el altar y la Fuerza de Dios, Gabriel, que lo saluda y le dá la mejor de las noticias: las plegarias de él y de su esposa fueron escuchadas, y contra toda especulación y razonamiento, vendrá un hijo, nacerá un niño.
-los que somos madres o padres lo sabemos bien-
Y no será un niño común: será un niño que traerá alegría a sus padres y atraerá a muchos en el pueblo de vuelta a la fidelidad en el Dios de Israel.
Ese niño crecerá y será un profeta y un santo, vendrá a restablecer la comunidad fracturada y preparará el camino de quien todos estaban esperando.
-ese niño será con el tiempo Juan el Bautista-

Y en Zacarías prevalece su razón por sobre su corazón, por eso vacila y por eso permanecerá en silencio -mudo- hasta que nazca su hijo.

Zacarías es el resto del pueblo de Israel que a permanecido fiel a las promesas, que ha vivido tiempos de juventud y gloria pero que ahora, sometido por el imperio se ha vuelto estéril: no puede seguir el camino de la salvación, del Dios de sus padres por sí mismo, y ya no tiene nada más que decir.
Sólo le queda aguardar en fidelidad y esperanza los tiempos nuevos, la vida prometida. el Mesías esperado por siglos.

Zacarías enmudece pues ya no hay más nada que decir: el tiempo de la espera ha terminado, ahora comienza el tiempo de la Gracia.

Dios se ha acordado y se acuerda de su pueblo.
Dios ha ayudado y ayuda a su pueblo.
Y toda plegaria es escuchada, y es Dios mismo quien viene al rescate, la Fuerza de Dios no abandona a los suyos.

María lo sabía y cantó las maravillas de ese magnífico Dios)

Paz y Bien





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