Hemos de volvernos pan para el hermano, trascender a partir de la donación de la existencia

 




Para el día de hoy (21/04/21):  

Evangelio según San Juan 6, 35-40



En cierto modo, la Eucaristía es un escándalo y contraría toda razón.


Se trata de un Dios que se atreve a alimentarnos a todos nosotros, simples y mínimos mortales, con su misma esencia. El Dios del Universo se hace tan cercano como el pan.


Lo usual sería una divinidad que de alguna manera se vuelve proveedor de todo aquello que necesitamos como sustento; así lo interpretaban muchos en los tiempos del Maestro, refiriéndose al maná del desierto.

Pero aquí se trata de un salto infinito: es Dios mismo que se brinda y se entrega sin reservas, que se dona sin condiciones para que nadie más languidezca, para que todos -sin excepción- vivan en plenitud.


Por eso mismo, quienes comieron del maná famoso sobrevivieron a los rigores del Sinaí pero tarde o temprano murieron.

Ahora la diferencia es abismal: quien se alimenta de este Dios que se brinda en Jesús de Nazareth vive para siempre, pues asimila en su existencia la misma trascendencia de Dios.


Es una nutricia cuestión de amor, que desafía a las almas severas y rigurosas.

Nadie, por ningún motivo, debe perderse, todos estamos en las manos bondadosas de un Dios que es misericordia.


Como ese Cristo que se brinda para la Salvación, se edifica nuestra misión y vocación.

Hemos de volvernos pan para el hermano, trascender a partir de la donación de la existencia en lo cotidiano, especialmente allí en donde nada bueno ni nuevo se espera.


Paz y Bien


1 comentarios:

Walter Fernández dijo...

Señor Jesús, que seamos Pan, para nuestros Hermanos que más necesitan Paz y Bien, Buen Miércoles

Publicar un comentario

ir arriba